Estilo de Vida

Seis alternativas para sustituir al aceite de girasol ante el racionamiento de los supermercados


    Susana García

    La guerra entre Rusia y Ucrania no ha tardado en repercutir directamente en el suministro de materias primas o los precios de la energía y productos agrícolas con los que se abastece el resto de Europa.

    En España se teme que vaya a faltar aceite de girasol, ya que nuestro país tiene una gran dependencia con Ucrania, del que importamos al año unas 500.000 toneladas, tal como apuntan las estimaciones del Ministerio de Agricultura.

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    ¿Con qué productos puedes sustituir el aceite de girasol a la hora de cocinar, tanto ante su escasez como ante la subida de precio? Estas son algunas de las alternativas. 

    Aceite de oliva

    El aceite de oliva, que siempre ha cobrado gran protagonismo en la cesta de la compra de los españoles, está siendo uno de los más demandados por los consumidores, especialmente, en sus categorías más suaves y baratas, siendo una opción saludable que aporta múltiples beneficios para la salud.

    Según los expertos, este alimento eleva el colesterol bueno y reduce el malo, controla la hipertensión, previene el alzhéimer, el cáncer, la depresión o la diabetes. Además, es bueno para la circulación, el corazón, los huesos, la digestión o el sistema inmune.

    Aceite de maíz

    El maíz es uno de los cereales más cultivados de todo el mundo y su aceite es muy popular gracias a su alto nivel de conservación. Este producto tiene la capacidad de potenciar el sabor de los alimentos con los que se mezcla. A su vez, es muy rico en Vitamina E (la cual ayuda a evitar enfermedades circulatorias o vasculares), y tiene un efecto antioxidante, así como un alto contenido en Omega 6 que ayuda a mantener la salud ósea, capilar y cutánea.

    A pesar de sus beneficios, el consumo en exceso del aceite de maíz, especialmente en su versión cocinada, puede afectar al organismo, puesto que es una fuente de grasas saturadas que puede llegar a dañar el hígado.

    Aceite de colza

    También conocido como aceite de canola, su desaparición de los lineales españoles aconteció durante los años 80 tras el citado escándalo del aceite tóxico, pero hasta entonces era una alternativa barata y eficaz de encontrar una grasa vegetal todoterreno. De los aceites de fácil acceso es el que menos cantidad de ácidos grasos saturados posee, lo que también le permite alcanzar puntos de humeo bastante elevados en la fritura, siendo buen reemplazo para el aceite de girasol.

    Aunque en España su consumo sea residual, es una grasa vegetal bastante popular en Estados Unidos, Canadá y en el norte de Europa, donde es habitual utilizarlo en los fritos. A pesar de su mala fama, si buscamos una alternativa neutra y resistente en las frituras, es una buena opción. El problema es su precio, elevado al tratarse de un producto generalmente importado y que lo convierte en una opción menos accesible que otros aceites.

    Aceite de coco

    Al cocinarse algunos productos naturales, estos pueden llegar a perder algunas de sus propiedades, principalmente si la cocción alcanza temperaturas muy elevadas. Afortunadamente, no es el caso del aceite de coco, el cual tiene características muy positivas para el organismo: aumenta las defensas, fortalece el sistema inmune, elimina las causas principales de la caries, arroja resultados positivos en la reducción de la grasa abdominal.

    Igualmente, este tipo de aceite contiene principalmente grasas saturadas, lo que puede provocar el aumento del colesterol LDL, comúnmente conocido como colesterol "malo", que se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca.

    Aceite de aguacate

    Este tipo de aceite, también utilizado para tratamientos de belleza, ayuda a disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos. Además, su consumo le aporta al organismo una gran dosis de vitamina E y grasas saludables, lo que fortalece el corazón.

    El consumo diario recomendado por los expertos es de una cucharada al día, dado que su exceso puede irritar el revestimiento del estómago como efecto secundario.

    Aceite de mantequilla

    Otra opción que se puede utilizar como sustitutivo del aceite de girasol es la mantequilla, un recurso muy versátil en la cocina y muy utilizado por nuestros vecinos franceses.

    Este producto ayuda a una buena salud digestiva, ya que sus ácidos grasos sirven para evitar infecciones. Al mismo tiempo, es beneficiosa para las tiroides por su alto contenido en yodo, y al ser fuente de vitamina K2, ayuda a evitar la calcificación arterial.

    No obstante, es un alimento compuesto por un 80 %de grasa, por lo tanto, su densidad calórica y sus grasas saturadas alertan de que no hay que abusar de su uso.

    Aceite de soja

    Las ventajas del aceite de soja son bastante parecidas a las del aceite de girasol, sobre todo en las frituras. Es un aceite neutro de sabor, bastante plano y con un punto de humeo -la resistencia a quemarse- bastante elevado, por lo que serviría para nuestros fritos domésticos.

    El problema es que, salvo en comercios orientales, no es tan frecuente encontrarlo en el día a día y también se advierten contraprestaciones de su uso. Algunas relacionadas con ciertas enfermedades neurodegenerativas, según explica este estudio de la Universidad de Riverside (California).