Cuánto tiempo aguanta la carne en el frigorífico antes de estropearse
- Recomendaciones y pautas básicas para almacenarla de forma correcta
Carlota Reina
Algo muy típico que sucede en nuestros hogares después de celebrar alguna comilona es acumular sobras en nuestros frigoríficos para aprovechar al máximo su propósito. Pero algo que también es cierto es que, en muchas ocasiones, esas sobras acaban en la basura porque no sabemos cuánto tiempo puede durar en buenas condiciones.
Aunque el refrigerador es un electrodoméstico que nos permite almacenar alimentos de manera segura durante períodos de tiempo más largos de lo que permite la temperatura ambiente, existe un límite en cuanto a los diferentes tipo de carne. A continuación daremos algunas pautas básicas para conservarla en la nevera en base a su origen.
Vaca: de tres a cinco días
La carne asada o los filetes de ternera se pueden guardar de forma segura durante tres o cinco días. Menos tiempo (dos días) duran en perfectas condiciones el hígado, los riñones o la lengua. En caso de que el producto esté envasado y lleve fecha de caducidad, siempre hay que procurar cocinar o congelar la carne antes de ese plazo de tiempo.
Cerdo: de tres a cinco días
La carne de cerdo aguanta más o menos el mismo tiempo que la de vaca. Si compras unas chuletas de cerdo frescas deberás cocinarlas o almacenarlas en el congelador dentro de tres a cinco días. En cambio, para el hígado, se recomienda consumirlo durante un período de tiempo de uno a dos días.
Pollo: uno o dos días
En el caso del pollo, su período de almacenamiento en la nevera es mucho más corto que el de la carne de vaca o cerdo; se aconseja consumirlo en uno o dos días después de su compra.
Carnes molidas y picadas: dos días como tarde
Para las carnes de aves de corral crudas, carnes molidas o picadas, hay que ser más cuidadoso ya que los tiempos se reducen y se recomienda comerlos como muy tarde a los dos días.
Hay que recordar que, en caso de disponer de tiempo, se ha de congelar la carne con una bolsa de plástico con cierre o un artículo preparado para su almacenamiento, ya que la congelación detiene el crecimiento de bacterias.