La curiosa historia de las joyas que luce Isabel II en el libro más especial de la monarca
Carlota Reina
Madrid,
La vida de la reina Isabel II se ha reflejado en infinidad de medios de todo el mundo a lo largo de sus 95 años de edad, pero pocas veces se ha hecho de una forma tan cercana como en el nuevo libro del fotógrafo real Chris Jackson, Isabel II: Una reina para nuestro tiempo.
Este ejemplar de la editorial Rizzoli, de tapa dura y 224 páginas, que sale a la venta el 14 de septiembre como parte de las celebraciones del Jubileo de Platino que tendrá lugar el próximo año, pretende mostrar desde una perspectiva diferente a la monarca británica. Retratarla más allá de todos sus honores, cargos o responsabilidades.
En el libro, el fotógrafo de Getty Images Chris Jackson repasa las dos últimas décadas de reinado de la reina a través de las fotografías que ha ido tomando de ella en momentos públicos y privados. Entre otras cosas, Jackson filma con especial interés el estilo de la monarca, y pone el foco en sus vestidos, abrigos, bolsos y joyas.
Así puede verse en la foto que ha escogido para la portada. En ella, Isabel II aparece sonriente, con una expresión tranquila, luciendo un traje blanco inmaculado y lo que más llama la atención: una preciosas joyas con una larga historia.
Se trata de una tiara a juego con un collar y unos pendientes elaboradas con diamantes y zafiros. Estas joyas forman parte del tesoro de la Corona británica y tienen un gran valor, además de económico, sentimental, por cómo llegaron a la familia real británica.
La historia se remonta a la princesa Luisa María de Bélgica, que recibió una gargantilla (que después se convirtió en tiara) de su padre Leopoldo II de Bélgica. La princesa abandonó a su marido (y primo segundo) Felipe de Sajonia-Coburgo-Kohary en 1897 para fugarse con su amante, lo que provocó un grandísimo escándalo que hizo que su padre la desheredara. Además, se vio envuelta en un problema de falsificación que la dejó en la ruina, por lo que se vio obligada a vender las joyas que le quedaban de su madre, la archiduquesa María Enriqueta de Austria. Fue entonces cuando la familia real británica compró la gargantilla de zafiros, que más tarde transformaría en una tiara.
El rey Jorge VI regaló el resto del conjunto de joyas a la monarca el día de su boda con el príncipe Felipe en 1947. Como luce la reina en la portada, unos pendientes en forma de lágrima y un collar de 18 zafiros rectangulares datado en 1850.
Isabel II lucía estas piezas de forma frecuente en los años 90, combinando el conjunto completo de joyas o la tiara por separado. Y ahora vuelve a rescatarlas para el libro que celebra, de la forma más íntima y personal, sus 70 años en el trono.