Así celebra Felipe VI su 48 cumpleaños
- En casa, acompañado por su mujer y sus hijas
Informalia
El monarca sopla velas este sábado y lo hará en la intimidad y prácticamente en solitario. Con su hermana Cristina sentada definitivamente en el banquillo por el Caso Noós y su padre viviendo 'la vida del jubilado', todo apunta a que no habrá fiestas con piñata ni globos en la Zarzuela.
Felipe VI cumple 48 años este sábado y lo hace como uno de los monarcas "más preparados" y también "más atractivos" de Europa, según la prensa internacional. Será su segundo cumpleaños como Rey de España y el primero en muchos años que no tiene que trabajar y cumplir con su agenda, ya que cae en sábado. El año pasado lo celebró en Etiopía, donde asistió como invitado a la Asamblea de la Cumbre de la Unión Africana; el anterior, con la Brigada Paracaidista en la localidad madrileña de Paracuellos del Jarama.
Aún así, éste no será un cumpleaños demasiado feliz para Felipe. Con su hermana Cristina sentada definitivamente en el banquillo tras serle denegada la aplicación de la Doctrina Botín y su padre, Juan Carlos, de ruta por Estados Unidos, la familia está más disgregada que nunca. Así las cosas, parece que el rey soplará las velas en la más estricta intimidad, con la única compañía de su mujer, Letizia, sus hijas, Leonor y Sofía, que en otras ocasiones han regalado a su padre bonitos dibujos por el día de su cumpleaños. Ya en la tarde, se espera la visita de su hermana Elena, su madre doña Sofía, y su suegra, Paloma Rocasolano, que mantiene una excelente relación con su yerno. Un café, una tarta, unos besos y cada mochuelo a su olivo. Por la noche, con las pequeñas ya dormidas, una cena privada con su esposa en alguno de sus restaurantes favoritos.
Lejos quedan ya las fiestas con globos y piñatas de las que disfrutó cuando era pequeño en compañía de sus padres, sus hermanas, tíos y primos en Zarzuela, que fue durante años el epicentro de todas las reuniones familiares. Ya adolescente, Felipe disfrutó de alguna que otra fiesta con los amigos, como la que le organizaron en el Lakefield School de Canadá. Entonces cumplía 17 años y asistieron más de 300 amigos con los que pasó una divertida jornada de deportes de invierno (patinaje y trineo), cena y fiesta posterior hasta altas horas de la madrugada. La celebración por sus 18 no fue tan divertida (la pasó jurando la Constitución en una sesión plenaria en Las Cortes) pero recibió como regalo su primer coche: un Seat Ibiza cortesía de su padre. Ahora, con la familia más distanciada que nunca y un panorama político que le ha obligado a despachar con los principales líderes durante más de una semana sin éxito, quizás el deseo que pida Felipe al soplar las velas sea un poco de luz al final del túnel.