Casas Reales

Leonor marca territorio: visita Ceuta como guardiamarina en una estancia cargada de simbolismo


Sara Tejada

La presencia de la princesa Leonor en Ceuta, revestida de discreción militar, representa un gesto claro de compromiso con la totalidad del territorio nacional y refuerza el vínculo institucional entre la Corona y una de las regiones más singulares de España.

La Princesa de Asturias ya se encuentra en Ceuta, en el marco de su formación como guardiamarina en la Armada Española. Ha llegado este sábado 21 de junio a bordo de la fragata Blas de Lezo, escoltada por el buque Juan Carlos I, y ha atracado pasadas las nueve y media de la mañana en el Muelle de España, al son del pasodoble La Banderita, pieza vinculada históricamente con el Ejército durante las guerras de la vecina Marruecos. La llegada de la Heredera al trono ha estado marcada por la sobriedad. El atraque ha tenido lugar en la zona del muelle que habitualmente reciben las pateras con inmigrantes, ya que el área destinada a los cruceros estaba ocupada por el inmenso buque Juan Carlos I. La elección logística no ha pasado desapercibida, pero responde a criterios prácticos y de seguridad.

Esta visita representa un momento de especial relevancia institucional: es la primera vez que la princesa Leonor pisa suelo ceutí (que sepamos) y la primera presencia de un miembro de la Familia Real en la ciudad autónoma desde 2007. En aquel entonces, fueron los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía quienes protagonizaron un viaje histórico, tras más de tres décadas en el trono. Pese al entusiasmo que genera entre los ceutíes, la presencia de la Princesa se ha gestionado con extrema discreción. Por motivos diplomáticos, especialmente en lo relativo a las relaciones con Marruecos —que sigue reclamando la soberanía de Ceuta y Melilla—, todos los actos en los que participará Leonor durante las 48 horas de estancia han sido calificados como privados. Ni medios de comunicación ni ciudadanos han tenido acceso al muelle, y las actividades se desarrollan a puerta cerrada. Tras desembarcar, la Heredera ha sido trasladada en caravana al acuartelamiento de García Aldave, donde ha asistido a un tradicional Sábado Legionario, una ceremonia interna del cuerpo militar.

A los asistentes se les ha solicitado no grabar imágenes ni tomar fotografías

Posteriormente, se ha previsto una recepción con autoridades a bordo de la fragata, a la que también se ha impuesto un estricto protocolo de privacidad: a los asistentes se les ha solicitado no grabar imágenes ni tomar fotografías. Durante su estancia, la futura Reina de España también mantendrá un encuentro con el presidente de la ciudad autónoma, Juan Jesús Vivas. Sin embargo, este encuentro se mantendrá igualmente fuera del foco público. La Princesa participa en todas las actividades como una guardiamarina más, si ben es evidente que su presencia tiene una carga simbólica evidente para los habitantes de Ceuta, que la perciben tanto como futura Jefa del Estado como un emblema de la unidad nacional. Cabe destacar que esta visita se produce antes incluso que la de sus padres, los Reyes Felipe VI y Letizia, quienes, en sus once años de reinado, no han podido visitar Ceuta ni Melilla, ni siquiera durante la gira nacional posterior al confinamiento por la pandemia. Las sensibilidades diplomáticas y la prudencia política han impedido hasta ahora estos desplazamientos.