Casas Reales

Asistimos con los Reyes a la rula del pescado: en la subasta de la merluza de pincho y el bonito del Norte

    Los Reyes en Burela

    Ana Gómez Viñas
    Burela de Cabo, Lugo,

    Hemos seguido el histórico paseo de Felipe VI y Letizia por el pueblo marineros de Burela en Lugo. Motor económico del concello lucense, el puerto se alza como un referente en descargas de bonito en la costa del Cantábrico. Los Reyes han podido conocer detalles de las artes de pesca como el palangre de fondo y de superficie, el arrastre, artes menores y la volanta. En la lonja han participado en la subasta de las principales especies de la zona como el bonito, cuya costera acaba de comenzar, la merluza, la caballa y el jurel, entre otras. Pero vamos por pasos.

    En este recorrido de los Reyes por el puerto, había parada obligada en el Reina de Carmen, una fotográfica embarcación de madera de 1968 de 25 metros de eslora, hoy convertida en museo bonitero, que Lino enseña como nadie. El barco es símbolo y testigo de la vida de los marineros hace medio siglo. Los Reyes han subido a cubierta y han pasado por la sala de máquinas, puente de mando, camarotes, cocina y comedor y equipos de navegación. Los medios hemos cubierto la visita a bordo del catamarán Claudia Morace de Astilleros Armon, amarrado justo al lado. Desde allí, en la proa del barco museo, don Felipe y doña han posado para los gráficos. Ha sido la foto del día. La icónica, con el Monte Castelo al fondo.

    Atrás quedaba la Fábrica de Hielo y el antiguo restaurante Casa Miranda (y qué bueno estaba allí el café). La siguiente parada, la Nave de Redes, donde Sus Majestades han conocido el trabajo artesano de las redeiras Marta, Mar (madre e hija) y Adelina y las estibadoras Begoña, Belén y Montserrat.

    En la rula del pescado

    Y después, la rula. Los Reyes se han acercado a la lonja y han subido al Breogan Uno, llegado el domingo 15 desde el Gran Sol. Su patrón, Antonio Noé, ha explicado a los Reyes las técnicas de pesca con sistema de Internet satelital y gps y la técnica del cebo con sardina.

    También han visto rular el pescado en la lonja, cuya señal marca de forma simbólica la Cofradía de Pescadores San Juan Bautista. "Es a las 13:10", me explicó su secretaria, Diana Durán García. "Ahora la rula es en la nueva lonja, en ABSA (Armadores de Burela SA). La de altura y arrastre es a las 7:00 y a las 17:00, los martes y jueves, la de bajura, pulpo y nécora".

    Hoy rulaban merluza de pincho, caballa y salmonete. De hecho, el jefe del Estado y su mujer han participado en una de ellas. Nos ha contado Javier, de ABSA, la empresa concesionaria, que emplean una aplicación que sincroniza en digital la voz con los lotes. O sea, una suerte de Siri en la subasta para permite en sincronía ver el producto y a la vez escuchar los precios. "Antes yo contaba", desliza Javier. Felipe VI se ha llevado la merluza de pincho a un precio de 21,05 bajo las siglas HKE (como se ve en la pantalla); y Letizia ha adquirido el lote de bonito, conocido con las siglas ALB. El precio, 15,20.

    Las Guerreiras Laranxas

    Seguimos. El siguiente punto previsto era la Casa do Concello. La plaza del Ayuntamiento estaba animadísima con el personal del vecino Centro de Salud. Ha ejercido de anfitriona la primera edil, Carmela López, que dijo aquello tan de aquí como "Burela es mar, siempre lo ha sido y siempre lo será". Los Reyes recibían al aclamado equipo de fútbol sala femenino el Burela FS, conocido también como las Guerreiras Laranxas por sus camisetas. Campeonas de Liga en seis ocasiones, ostentan seis títulos de Copa de la Reina y seis Supercopas.

    Tiempo regalado en Burela de Cabo donde sopla el Nordés. Hoy no se dio. Y ya que estábamos aquí, hemos recorrido este pueblo de paisaje verde y horizonte azul que han visitado los Reyes. Desde el Perdouro, ruta geológica de extraordinarias formaciones rocosas y la Igrexa de Coedo, que como As Catedrais, hay que verla en marea baja. Y desde ahí, hasta el Cabo, donde se lee "Unha punta, unha pedra, un pobo", palabras de Aurelia Balseiro, museóloga e historiadora por la Universidad de Santiago. Y vamos más allá, hasta la playa de la Marosa, donde los surferos y el fútbol. En nuestro paseo de vuelta, dejamos a un lado la vieja fábrica de gres Cucurny, cuya chimenea de 37 metros en tiempos sirvió de guía a los marineros para arribar a puerto.