Casas Reales

Ponen nombre a lo que Froilán oculta de su relación con Belén Perea: "Amistad con derechos"

Froilán y Belén Perea

Informalia

La historia entre Froilán de Marichalar y Belén Perea se ha convertido en uno de los enigmas más comentados del corazón. Entre rumores, negaciones y gestos que contradicen sus palabras, la pareja —o no pareja— alimenta el misterio con cada paso. Mientras él insiste en que no hay romance, ella lanza dardos envenenados en redes y entrevistas por lo que considera una falta de claridad. Sin embargo, las imágenes y testimonios que emergen cuentan una historia muy distinta.

Este fin de semana, un nuevo capítulo se ha sumado al drama. Según reveló el programa Fiesta, ambos se refugiaron en una villa de lujo en Ibiza, buscando lo que muchos famosos anhelan y pocos logran: privacidad. Pero los paparazzi no descansan, y uno de los más persistentes, Sergio Garrido, logró seguirles la pista. "Hay algo real entre ellos. Se miran de una forma que no se finge. Se protegen", aseguró en el plató, generando un revuelo inmediato. Garrido relató haberles visto pasear tomados de la mano, compartir confidencias bajo el sol ibicenco y mostrarse cercanos, muy lejos de una amistad meramente platónica. Aunque no hay beso captado —aún—, las actitudes que describe no dejan mucho lugar a dudas. "Se comportaban como novios que llevan tiempo, no como dos amigos de paso", afirmó.

Lo que realmente ha encendido las alarmas es el motivo detrás del silencio de Froilán. Según Garrido, el nieto del rey emérito no oculta por vergüenza ni falta de interés, sino por una estrategia emocional: "Él ya ha vivido cómo la exposición pública ha arruinado relaciones anteriores. Quiere proteger a Belén, que no se repita lo de antes". La duda que flota es: ¿es protección o miedo al compromiso?

La cronología de los hechos tampoco ayuda a despejar incógnitas. Belén habría llegado sola a Ibiza días antes, y Froilán se unió después. La villa que compartieron está equipada con todo tipo de lujos: piscina infinita, cocina de chef y un muro perimetral de confidencialidad. Salidas conjuntas, cenas en la intimidad y planes coordinados… todo apunta a algo más que un encuentro casual.

En el plató, Almudena del Pozo se atrevió a ponerle nombre: "Amistad con derechos". Una etiqueta que, si bien cómoda, no alcanza a explicar la tensión emocional que trasciende en cada aparición pública. Belén, por su parte, parece estar esperando algo más. Quizá no palabras, sino hechos. Froilán, sin embargo, mantiene su postura hermética. ¿Estamos ante una relación clandestina, una amistad profunda o una historia a medio escribir? Lo cierto es que, en el juego entre la discreción y el deseo, Froilán y Belén han sabido capturar la atención de todos. Y mientras el paparazzi sigue disparando su cámara en busca de la foto definitiva, el país entero se pregunta: ¿cuánto tiempo más podrán ocultar lo que ya parece evidente?