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El príncipe Harry se sincera: "Es muy triste que mis hijos no conozcan el Reino Unido"
Informalia
El príncipe Harry ha hecho una declaración conmovedora sobre su futuro familiar tras la más reciente decisión judicial en su contra respecto a su seguridad en el Reino Unido. En una entrevista concedida a la BBC este viernes, el duque de Sussex admitió con pesar que probablemente no podrá mostrarles su país natal a sus hijos, el príncipe Archie, de 6 años, y la princesa Lilibet, de 3, fruto de su matrimonio con Meghan Markle.
"Es realmente triste", confesó Harry. "No puedo imaginar un escenario en el que traiga a mi esposa e hijos de vuelta al Reino Unido en este momento. Y lo que se van a perder es, bueno, todo". Estas declaraciones llegan horas después de que el tribunal británico rechazara el último intento legal del príncipe para apelar la decisión del Gobierno de retirarle su seguridad financiada con fondos públicos. La medida fue tomada tras su renuncia, junto con Meghan, a sus funciones oficiales dentro de la familia real británica y su posterior mudanza a Estados Unidos en 2020.
Desde entonces, Harry ha mantenido una relación compleja con su país de origen y con la institución monárquica. Aunque ha regresado en contadas ocasiones para eventos puntuales —como el funeral de su abuelo el príncipe Felipe o la coronación de su padre el rey Carlos III—, sus visitas han sido breves y rodeadas de estrictas medidas privadas de seguridad, costeadas de su propio bolsillo.
Argumenta que la ausencia de protección oficial les pone a él y a su familia en una situación vulnerable
El duque argumenta que la ausencia de protección oficial les pone a él y a su familia en una situación vulnerable, especialmente dado su perfil público y el historial de amenazas que ha denunciado en diversas ocasiones. Sin embargo, las autoridades británicas han sostenido que, al haber dejado de ser un miembro activo de la realeza, ya no tiene derecho automático a este tipo de resguardo financiado por el Estado. La reciente negativa judicial representa un nuevo revés para Harry, quien ha insistido en que su demanda no es un capricho personal, sino una cuestión de responsabilidad hacia su familia. "Es una pena que mis hijos tengan que crecer sin conocer el país del que provienen. Quería mostrarles mi hogar, mis raíces, los lugares que me formaron... Pero ahora no me siento en condiciones de hacerlo con tranquilidad", expresó. Esta situación plantea una realidad cada vez más marcada: el distanciamiento no solo institucional, sino también físico y emocional, entre Harry y el Reino Unido. A pesar de mantener títulos reales, su vida hoy transcurre en California, donde reside junto a Meghan y sus hijos, alejado del protocolo y de la agenda pública de la Corona británica.
Meghan ha retomado en los últimos meses una agenda más activa en eventos sociales y mediáticos
Meghan, por su parte, ha retomado en los últimos meses una agenda más activa en eventos sociales y mediáticos. Recientemente, fue vista junto a Harry en Nueva York, participando en la cumbre Time100, donde ambos fueron recibidos con calidez. Sin embargo, el tema de su seguridad sigue siendo una preocupación latente cada vez que pisan suelo británico.
Con estas palabras, el príncipe Harry muestra el lado humano y vulnerable de una disputa legal que, más allá de lo jurídico, tiene profundas implicaciones personales. Lo que para muchos es una batalla por privilegios, para él es una lucha por mantener a salvo a su familia sin renunciar por completo a sus raíces. Aunque el caso aún podría escalar a instancias superiores, lo cierto es que la posibilidad de que Archie y Lilibet crezcan sin una conexión directa con el Reino Unido empieza a tomar forma. En sus palabras se percibe la resignación, pero también la tristeza de un padre que siente que ha perdido mucho más que una demanda legal. "Todo lo que quería era compartir con ellos una parte importante de mi historia", concluyó Harry. "Y ahora no sé si eso será posible".