Casas Reales

Las pelas de los Windsor según los sirvientes: Camila era 'Cruella de Vil' para Guillermo y Harry


Informalia

Llega el nuevo bombazo editorial que le hace la competencia en polémica al sísmico Spare de Harry. La autobiografía del duque de Sussex parece ser una suerte de precuela de esta nueva entrega de chismes de palacio que ahora ven la luz a través de la escritura de Tom Quinn. El título Yes, Ma'am: The Secret Life of Royal Servants (Sí, señora: la vida secreta de los sirvientes reales) no deja títere con cabeza ni pared de palacio que no se desmorone. Hablan antiguos trabajadores de Buckingham y lo han hecho sin filtros como revelar el mote que empleaban Guillermo y Harry para Camila, a quien llamaban Cruella de Vil (la villana de los 101 dálmatas) o Lady Macbeth. El libro se pone a la venta el 27 de febrero.

"Kate trataba a Guillermo como si fuera su cuarto hijo", recoge el autor citando fuentes del staff. Un paternalismo que obedece a la idea de ambos príncipes se habían acostumbrado a la comodidad de tenerlo todo hecho por su condición de royals. Un privilegio ajeno en las rutinas de Kate, quien trataba de conciliar y de mediar cuando este se ponía "un poco díscolo". "No sé dónde estaría Guillermo sin Kate", desliza una exempleada. Como ejemplo, las rutinas del baño a la misma hora exacta cada día era una de las grandes liturgias de Carlos de Inglaterra, entonces príncipe de Gales.

La presencia de Meghan Markle en Buckingham supuso un terremoto en las costumbres palaciegas marcadas por la distancia y el protocolo. A su llegada, la exactriz, más cálida y cercana, saludó al staff con un abrazo. Un acercamiento físico inédito en este escenario que respondía a un choque cultural. El cariño de Meghan, con esos abrazos y besos a su cuñado Guillermo, se malinterpretaron como un coqueteo. Pero no fue nada más que eso, un afecto malentendido frente a un protocolo rígido.

La sombra de Meghan Markle en el libro de Quinn es alargada. Su irrupción en palacio fue la entrada de nuevos aires modernos, feministas y de igualdad. Meg la mística, la llamaban algunos empleados por su ideología woke. Tanto, dicen que sedujo a su marido hacia una ideología de izquierdas. Se cuestiona el autor que para saber más sobre la familia real, "¿quién mejor para preguntar que el ejército de sirvientes y personal del pasado y del presente que alimenta y viste a la realeza, organiza sus días, lustra sus zapatos, lleva los ciervos y faisanes que cazan e incluso pone la pasta de dientes en sus cepillos de dientes?"

El experto en realeza Quinn "se adentra en los palacios para ofrecer una visión fascinante de la realeza británica, antigua y moderna. Aquí encontrará las historias del caballerizo que amenazó con echar a la reina Victoria de sus propios establos, el lacayo subalterno que tuvo que cambiar su nombre por orden de la reina y la dama de compañía que, junto con la madre del príncipe Felipe, la princesa Alicia, incendiaba regularmente sus habitaciones en el palacio de Buckingham", reza la sinopsis.