Un Juan Carlos I muy delgado "lamenta en silencio" la ausencia de su hijo en su cumpleaños: su mensaje desde Abu Dabi

El rey Juan Carlos cumplió los 87 el pasado 5 de enero y volvió a soplar las velas rodeado de los familiares y una treintena de amigos que se desplazaron hasta Abu Dabi. Desde allí y a través de la que es su revista de cabecera y de un reportaje firmado por su biógrafa Laurence Debray en Hola, manda un mensaje a su hijo: lamenta su ausencia y reitera lo solo que se siente desde que se "expatrió", expresión usada por Debray.

La escritora francesa escribe: "La familia llega con el pastel, que el Rey corta con una espada, como marca la tradición. Es una familia dinámica, cálida y unida la que lo rodea, que se tomó el tiempo de saludar a todos los invitados alrededor del bufé. Sin embargo, hay un gran ausente, el Rey Felipe, cuya falta su padre lamenta en silencio", remarcan en el interior del reportaje. También faltan la princesa Leonor y la infanta Sofía. Por supuesto, la reina Sofía tampoco acompaña a su marido.

"Una foto histórica y para el recuerdo: don Juan Carlos con sus dos hijas, las infantas Elena y Cristina, y todos los hijos de estas, además de las parejas de algunos de ellos". En la foto están Irene Urdangarin y Juan Urquijo, además de Pablo con Johanna y Miguel con Olympia. También Juan, que por el momento vive en Londres con su novio y no se lo llevó a la fiesta del abuelo. Quienes sí acompañaron al rey fueron sus inseperables Victoria Federica y Froilán. A este último, el emérito da cobijo e influencias en la capital de los Emiratos. En las imágenes de la fiesta, se aprecia la delgadez del rey. Incluso más delgado que en sus últimas apariciones.

Por otro lado, lo que vemos y leemos en gran medida confirma lo que ya avanzó en su día Informalia: el 87 cumpleaños del Rey Juan Carlos no parece grotesco como aquel otro de hace un año que también fue portada de Hola con Su Majestad cortando un pastel y con el escudo de su Casa y otros detalles. Esta vez, como ya adelantamos incluso antes del 5 de enero, la celebración ha sido más entrañable que ostentosa: un abuelo con sus nietos y sus hijas y un grupo de amigos y leales, sin Los Del Río, sin la presencia de ninguna ex amante, como se llegó a decir, y en un magnífico hotel pero no en su residencia.

La escritora amiga del rey cuenta que el objetivo de la celebración era "romper el aislamiento en el que el Rey se encuentra desde que rehízo su vida en una pequeña isla frente a Abu Dabi".

La biógrafa destaca con fervor la soledad del rey, el mensaje que el padre de Felipe VI insiste en mandar desde que hace ya casi cinco años se fuera a Abu Dabi por las noticias relacionadas con su fortuna: "La fiesta se prolonga hasta altas horas de la noche, aunque el Rey se retiró pasada la medianoche. Fue una gran velada para celebrar la vida y la amistad, a pesar de los reveses del destino. Durante un fin de semana, don Juan Carlos dejó de ser ese hombre retirado, apartado de sus raíces y del afecto de los suyos. Sus amigos hicieron revivir España para él en la arena del Golfo Pérsico. Incluso a 5.000 kilómetros de su reino, sigue llevando a España en el corazón. Eso nadie se lo podrá arrebatar".