Casas Reales

Sonrisas y lágrimas de doña Sofía y doña Cristina en medio de los escándalos: al mal tiempo buena cara

Doña Sofía y su hija Cristina

Informalia

"Dientes, dientes, que es lo que les jode", le susurraba Isabel Pantoja al alcalde Julián Muñoz cuando eran amantes clandestinos y aún no había caído sobre ellos el peso de la Justicia ni la vergüenza. Se refería la madre de Kiko Rivera a que el alcalde de Marbella sonriera por la calle para que vieran los contentos que estaban y demostrar así que eran felices frente al huracán mediático que se les venía encima.

Mucho antes de que esa frase se hiciera famosa, después de que la tonadillera fuera traicionada por uno de esos micrófonos abiertos, en Zarzuela los equipos de imagen y propaganda ya habían enseñado durante décadas a doña Sofía a mostrar buena cara en público. Eso es lo que hace aún hoy. Las sonrisas van por fuera y las lágrimas por dentro.

Mientras las infantas Cristina y Elena se preparan para recibir el Año Nuevo en Abu Dabi junto a su padre, el rey emérito Juan Carlos I, las hijas de la reina Sofía continúan mostrando su cercanía con su madre. Lejos de las recientes polémicas en torno a don Juan Carlos y Bárbara Rey, doña Sofía sigue enfocada en disfrutar de los buenos momentos en familia.

Este sábado, la reina emérita fue vista muy animada en un partido de balonmano de su nieto Pablo Urdangarin. Acompañada por la infanta Cristina, Sofía no dejó de sonreír y mostrar su apoyo desde las gradas. Las imágenes capturaron a una madre y abuela completamente entregada al deporte y al talento de su nieto, saludando y lanzando besos hacia la pista.

La reina emérita, conocida por su discreción y entrega familiar, ha sido una constante en los eventos deportivos de sus nietos. Hace solo unas semanas, también asistió a otro partido de Pablo, un joven que sigue destacando en el balonmano profesional. En esa ocasión, fue la infanta Cristina quien acompañó a su hijo junto a su hermano Miguel y Johanna Zott, novia de Miguel, con quienes compartieron una tarde llena de complicidad.

La presencia de la reina Sofía en estos encuentros familiares es un claro ejemplo de su fortaleza y compromiso con sus seres queridos, pese a las polémicas que puedan rodear a su entorno. En todo momento se mostró cercana al público, saludando con cariño a los asistentes que la reconocieron en las gradas.

Para la familia, estos momentos deportivos no solo representan apoyo a Pablo, sino también una oportunidad para fortalecer los lazos entre ellos. Aunque las infantas Cristina y Elena pasarán las fiestas lejos de España, no cabe duda de que la reina Sofía sigue siendo el pilar fundamental que une a sus hijos y nietos. Por ahora, doña Sofía continúa demostrando que su prioridad son los valores familiares y el bienestar de los suyos, manteniéndose al margen de las controversias que puedan surgir en torno al rey emérito. Una figura que, con su ejemplo, sigue ganándose el afecto y el respeto de quienes la observan en su faceta más cercana y maternal.