Casas Reales

¿Kate Middleton o su suegro Carlos III? Tras el año más "brutal" para los Windsor, quién ha soportado más presión


Informalia

Ha sido un año "brutal". Fue la palabra que escogió el príncipe de Gales para describir estos últimos doce meses. Un año de fortaleza y resiliencia para su mujer, Kate Middleton, en su lucha contra el cáncer. Junto a la princesa, de 42 años, Guillermo, que se ha volcado en cuerpo y alma en su familia. Ese proceso se sincronizó en el tiempo con el tratamiento oncológico al que se sometió Carlos III. El Rey, que acaba de cumplir 76 años, anunció el pasado mes de febrero que tenía cáncer. El monarca ha afrontado su enfermedad con una agenda híbrida, online al principio y presencial después. Afrontó el viaje e Australia y Samoa en octubre, que implicó para él una interrupción temporal de su tratamiento. En torno a la figura de Carlos llega a las librerías el nuevo libro del biógrafo real Robert Hardman, Charles III: New King. New Court. The Inside Story (Carlos III: nuevo rey. Nueva corte. La historia desde dentro).

Sobre las enfermedades de Kate y de Carlos y cómo afrontaron Buckingham y Kensington las comunicaciones de este proceso, el autor opina en una entrevista a Mujer Hoy que no hubo "confrontación". Sin embargo, sí cree que la opinión pública, social y las redes vertieron mucha más presión sobre la princesa que sobre el rey: "Hubo más presión sobre ella porque es una mujer joven y, posiblemente, la mujer más famosa del mundo". Le preguntan al analista si Guillermo quiere ser rey: "Ahora mismo, no", responde a la revista con rotundidad.

En su libro, Robert Hardman se pregunta cómo puede el monarca ocupar el vacío que dejó su madre "que batió todos los récords"? Isabel II, que falleció en septiembre de 2022 a los 96 años, alcanzó las cotas más altas de popularidad entre los británicos que reconocieron en ella a la abuela de nación después de sus 70 años de servicio. Mucho trabajo le queda por delante al monarca para alcanzar ese vínculo que Isabel II logró.

Analiza el autor la nueva monarquía, con sus convulsiones políticas e institucionales. Uno de los seísmos se produjo en 2020 con el megxit, cuando los duques de Sussex dieron un paso atrás y renunciaron a sus funciones en la Casa para marcharse a vivir a EE UU. Harry y Meghan lanzaron graves acusaciones de haber sufrido comentarios de sesgo racista dentro Buckingham. A esta crisis (Isabel II se vio obligada a romper su política del silencio y emitir un comunicado), se unió el caso Epstein de tráfico sexual de menores que salpicó de lleno al duque de York. Andrés fue apartado y ninguneado. Fue despojado de títulos y honores, pero su sola presencia oscurecía y empañaba la fotografía. Lo vimos en la coronación de Carlos III.

Con estos frentes abiertos, Carlos subió al trono. Según Hardman, no podía permitirse el lujo de cometer un error. Hardman analiza la transición, el paso de testigo de Isabel a su hijo Carlos. Su primer año decisivo en el trono, incluida la Coronación: la alegría y los nervios. También revela cómo Carlos III trabaja de forma intensa y veloz en el papel vital que desempeña la reina Camila. También dedica unas líneas a las relaciones del rey con sus hijos y el resto de su familia. Robert Hardman, cronista real desde hace más de veinte años, es el autor del libro Monarchy: The Royal Family at Work. Escribe para el Daily Mail.