Casas Reales

Preocupación por el estado de salud de Carlos III durante su viaje a Australia: abandona un almuerzo de Estado a los 10 minutos de llegar


Andrea Díaz Pérez

Primera jornada oficial de Carlos III (75) y Camilla (77) en Australia. La mañana de este domingo estaba repleta de compromisos para el monarca y la consorte. El día comenzó con un servicio religioso en la iglesia anglicana de St Thomas (Sydney), donde el padre del príncipe Guillermo sacó a relucir su peculiar sentido del humor al realizar una broma sobre su jet lag a un simpatizante de la corona real británica. "¿Qué día es hoy?", manifestó. Más tarde, Carlos y Camilla acudieron a un almuerzo de Estado, pero el monarca, que se recupera del cáncer que sufre, tuvo que irse antes de tiempo.

"Se ha ido a los 10 minutos del almuerzo de Estado, donde estaba previsto estar mucho rato. Ha regalado un de reloj de arena y cuando lo ha entregado ha dicho 'Esto es para que recordéis que el tiempo es muy breve'. Se ha acortado el viaje muchísimo y más que se puede acortar en las próximas horas", ha manifestado este domingo Concha Calleja en Fiesta. Asimismo, la experta en Casas Reales ha señalado que se esperaba que descansara y que retomara el almuerzo, pero finalmente no ha sido así. "Camilla se ha ido con él", ha apuntado.

Este sábado, ya contamos que el monarca lleva junto a él sus propios médicos, quienes llevan varias bolsas con su tipo de sangre en la maleta y le monitorizan durante las 24 horas.

Más allá de su estado de salud, Carlos III también se ha enfrentado a los manifestantes antimonárquicos, quienes a unos 100 metros de Carlos y Camilla sostenían una pancarta donde se podía leer: "Un imperio construido sobre el genocidio". Sin embargo, no todo han sido malos gestos para los reyes. Simpatizantes de la familia real británica les regalaron flores e incluso cecina de canguro. También obsequiaron a George, Charlotte y Louis, los hijos del príncipe Guillermo y Kate Middleton, con un balón de rugby, una pelota de cricket y un koala de peluche.