Casas Reales

La infanta Cristina, como una piña con su madre en pleno huracán por los audios de Juan Carlos I y Bárbara Rey


Informalia

Primero vimos el apoyo de la infanta Elena. Cómo a doña Sofía se le cambiaba el rictus y pasaba de un gesto firme y serio a la templanza. Fue a través de un beso que le dio Elena delante de las cámaras y delante del público que grababa el momento con sus móviles. Apenas duró unos segundos. El reencuentro, como mensaje de unión y apoyo, tuvo lugar en pleno centro de Madrid, en el Real Casino, el martes 8 por la mañana en la entrega de los Premios Sociales de la Fundación Mapfre, donde trabaja la infanta directora de proyectos sociales y culturales de la entidad. En plena tormenta por los audios de Juan Carlos I y Bárbara Rey, doña Sofía también cuenta con el respaldo de Cristina.

Es la semana difícil para la reina emérita. En medio de esta ciclogénesis explosiva por la reproducción de las conversaciones grabadas hace 30 años del entonces monarca y la vedette murciana cuando eran amantes, doña Sofía sigue adelante con su agenda de trabajo. Por cierto, más activa e intensa con nunca con tres actos. Su imagen de templanza y resiliencia delante de las cámaras es un mensaje de entereza y fuerza. La emérita ha encontrado en su familia un soporte y un refugio.

La infanta Cristina, desde siempre muy unida a su padre (como Elena), se ha posicionado en esta historia con su madre. El tsunami informativo que le ha caído encima a doña Sofía a costa del material fotográfico y las cintas de audio que custodiaba Bárbara Rey es una factura altísima de un importe altísimo. La reina emérita, de 85 años, conocedora y sabedora de esa ajetreada vida privada que tenía su marido, afronta ahora esta presión mediática que la colocado en el centro del foco. Una presión máxima que también vivió Cristina cuando en enero de 2022 se publicaron las fotos de Iñaki Urdangarin paseando de la mano con Ainhoa Armentia en una playa de Bidart. Aquel reportaje destapó una ruptura matrimonial que dos años después acabó en divorcio. Por eso, desde la decepción, Cristina se siente identificada con su madre, según publica Monarquía Confidencial.

Tras los actos con la Unidad Militar de Emergencias, en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz en Madrid, y los premios de la Fundación Mapfre, doña Sofía se prepara para un tercer compromiso esta semana: será mañana viernes 11 de octubre, a las 19:30 en el Teatro Monumental también en la capital, donde presidirá el estreno de la obra ganadora del XLI premio de composición musical que lleva su nombre.

La infanta Cristina, desde siempre muy unida a su padre (como Elena), se ha posicionado en esta historia con su madre. El tsunami informativo que le ha caído encima a doña Sofía a costa del material fotográfico y las cintas de audio que custodiaba Bárbara Rey es una factura altísima de un importe altísimo. La reina emérita, de 85 años, conocedora y sabedora de esa ajetreada vida privada que tenía su marido, afronta ahora esta presión mediática que la colocado en el centro del foco. Una presión máxima que también vivió Cristina cuando en enero de 2022 se publicaron las fotos de Iñaki Urdangarin paseando de la mano con Ainhoa Armentia en una playa de Bidart. Aquel reportaje destapó una ruptura matrimonial que dos años después acabó en divorcio. Por eso, desde la decepción, Cristina se siente identificada con su madre, según publica Monarquía Confidencial.