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Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia cambian las torrijas por las chebakias: escapada romántica a Marrakech


Informalia

El ya ex marido de la infanta Cristina y su flamante novia han aprovechado las vacaciones de Semana Santa para hacer las maletas y salir pitando antes de que la borrasca Nelson empezara a hacer de las suyas en el norte de España, donde residen. Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia han elegido un exótico destino para olvidarse del estrés diario y dar rienda suelta a su amor: Marrakech.

Según el podcast Mamarazzis, la pareja ha sido vista paseando por la plaza Yamaa el Fna, la más turística de la ciudad marroquí. Lo hacían cogidos de la mano, en actitud muy cariñosa y relajada. Destacan, además, que no había rastro de los escoltas que, al menos hasta finales de 2023, vigilaban las salidas del que fuera yerno real. "Les vigilan, aunque son más discretos", nos explicaba entonces un fotógrafo que trabaja mucho en Vitoria: "Yo diría que a los agentes les han indicado que sean menos visibles, que no les hagan recados como subirles la comida o que no se enfrenten a los reporteros que suelen seguir a Iñaki o Ainhoa salvo que vieran peligro para su integridad física", añadió.

Lo cierto es que, con o sin ellos, Iñaki y Ainhoa ya disfrutan de la libertad que les da el divorcio entre el ex deportista y la infanta Cristina, que firmaron en enero, seis meses después del 18 cumpleaños de su hija más pequeña, Irene Urdangarin. Lo hicieron ante notario, en secreto y de mutuo acuerdo, con el beneplácito de sus cuatro hijos, Juan, Pablo, Miguel e Irene, que prestaron consentimiento a las medidas tomadas que afectan a sus vidas.

Tras aquella firma, Iñaki y Ainhoa pudieron cumplir uno de sus sueños: vivir bajo el mismo techo. La pareja se mudó a una casa de alquiler muy cercana al domicilio de Claire Liebaert, madre de él, en la que conviven los 15 días al mes que los hijos de Ainhoa están con su padre, pues acordaron una custodia compartida tras la separación y que los niños vivirían en la casa familiar, siendo los dos progenitores los que entrarían y saldrían de ella según los turnos establecidos.