Casas Reales

Desfile 'royal' en Dinamarca: Letizia deslumbra con un Varela reciclado y tiara Flor de Lis


    Pilar Fernández

    El palacio de Chrstiansborg se ha vestido de gala este lunes para acoger la cena de Estado ofrecida por Margarita de Dinamarca a sus ilustres invitados, los reyes Felipe VI y Letizia. La reina española ha acaparado todas las miradas con uno de sus looks más deslumbrantes desde que su marido recogiera el testigo de don Juan Carlos y ha recuperado, además, los zafiros de doña Sofía, todo un guiño a su predecesora.

    Una vez más, doña Letizia ha confiado en Felipe Varela para la ocasión y ha reciclado uno de sus trajes de gala. Es la tercera vez que lo luce: lo estrenó en Perú (2015) y lo recuperó en Japón (2017).

    Se trata de un diseño princesa, con escote redondeado y tirantes anchos plagado de bordados de hojas en hilo y cristal en diferentes tonalidades de marino.

    Ha complementado con pendientes de zafiros y diamantes del joyero real (que ha lucido doña Sofía en varias ocasiones) además de las pulseras gemelas de Cartier. Sin embargo, todas las miradas se han centrado en la tiara Flor de Lis, una de las joyas más imponentes de la Casa Real y una de las favoritas de la reina para estas ocasiones. Fue creada en 1906 por la firma española Ansorena y está confeccionada en platino y brillantes con charnelas formando motivos vegetales como la flor de la dinastía borbónica que le da nombre.

    Tanto don Felipe como doña Letizia lucían las bandas azul celeste de la Orden del Elefante, otorgadas por la reina Margarita II, quien les ha hecho entrega de ellas este mediodía en Amalienborg, tras el recibimiento oficial.

    Un auténtico desfile royal

    La reina Margarita II ha ejercido de anfitriona en el Palacio de Chrstiansborg este martes y ha sido la primera en llegar a la cita, seguida por su hermana, la princesa Benedicta. La primera se ha engalanado con un vestido de encaje verde oscuro que ha completado con un espectacular conjunto de collar, pendientes y tiara compuestos por diamantes y esmeraldas. Lucía también el Toisón de Oro, otorgado por don Felipe.

    Su hermana, más discreta con un sencillo vestido rojo vino de corte recto y completamente, liso y con manga midi, perfecto para una tiara de oro blanco y diamantes a juego con el rosetón que colgaba de su cuello.

    Una de las invitadas más esperadas de la noche, la princesa Mary Donaldson, esposa de Federico de Dinamarca, ha optado por un clásico de cuello redondo y manga midi ajustado a la cintura, confeccionado en puntilla francesa de efecto transparente y salpicado de pedrería. Se trata de un diseño del danés Lasse Spangenberg, especializado en novias, que confeccionó este vestido para el 50 cumpleaños de la princesa.

    Ha sorprendido, eso sí, la elección de su tiara: una pieza que ella misma adquirió en una subasta en 2012. La estrenó tres años después, por los festejos del 75 cumpleaños de su suegra. De estilo eduardiano y datada de principios del siglo XX, está compuesta por diamantes talla antigua, rubíes talla circular y espinelas engastadas en oro de 14 quilates y plata. Es transformable en collar y tiene los pendientes a juego.

    Los asistentes han disfrutado de una cena basada en soufflé de lenguado con verduras a la Barigoule, muslo de gamo de Trend (región en la que la Familia Real tiene un pabellón de caza) con timbal de col, cerezas de Graasten (donde veranean) y salsa grand veneur, pastel de setas con berros de Esrum Sø y pastel de la Concordia. La banda de música de la Royal Life Guards ha amenizado la velada con toques españoles, como el pasodoble Amparito Roca de Jaime Texidor o El relicario, de José Padilla.