Doña Letizia cambia el equipaje festivo de Oviedo por el trench y los mocasines 'de cole' en Tenerife: a pie de incendio
Ana Gómez Viñas
Adiós a Oviedo, los Premios Princesa de Asturias y la sidra de Arroes. Los Reyes han puesto rumbo a Tenerife para conocer de primera mano los devastadores incendios que han arrasado el norte de la isla. Felipe VI y Letizia han aterrizado en la comunidad canaria este martes 24 de octubre.
Retoman el ritmo de la agenda. Don Felipe y doña Letizia se han acercado al mirador de Chipeque, en la localidad tinerfeña de Santa Úrsula, donde se han reunido con los alcaldes de los pueblos que más han sufrido el efecto destructor de las llamas, como el propio Santa Úrsula, Candelaria, El Rosario, La Matanza de Acentejo, La Orotava o Tacoronte. Los Reyes han mantenido un encuentro con los técnicos del servicio de Gestión Forestal e Incendios del Cabildo de Tenerife.
Para esta visita de trabajo, la Reina ha optado por su trench gabardina multiusos de color camel, con botones en formato XL, que ha combinado con un mocasín plano. Una elección de día cada más recurrente en sus conjuntos: cero tacón y máxima comodidad, porque, como ella misma nos contó hace un año en un corrillo en el Palacio Real, sufre el neuroma de Morton. De ahí, que evite el uso continuado de tacones. Ha completado con un pantalón de cuadros de príncipe de Gales de Mango. Aunque de todo el look, la novedad es el recogido total del flequillo con una mini trenza que lleva sujeta con una sencilla horquilla. Muy centennial esto.
Como parte de esta visita a Tenerife, los Reyes recibirán a los voluntarios, dotaciones, colegios oficiales y demás efectivos que han participado y colaborado en las tareas de extinción del arrasador incendio. El acto tendrá lugar esta tarde en el Auditorio Adán Martín de Santa Cruz. Felipe y Letizia han estado acompañados por el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo; y por la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles.
El desastre forestal arrancó el 15 de agosto y se declaró bajo control el 11 de septiembre. Para entonces las llamas habían devorado 14.000 hectáreas de 12 municipios. La ola de calor de octubre, que sacudió las islas Canarias, reactivó los puntos más vulnerables debido a la falta de humedad.