Alberto de Mónaco, acorralado por la corrupción del ladrillo: su peor verano tras cesar a su gabinete
Informalia
Alberto II de Mónaco no pasa su mejor verano. Los llamados Dossiers du Rocher le traen de cabeza desde hace dos años. Ahora el príncipe está acorralado. Entre la documentación que ha visto la luz, un inmenso archivo de correos electrónicos de cuatro de sus colaboradores, que supuestamente se han enriquecido gracias a pelotazos inmobiliarios. La corrupción y el ladrillo están detrás de sus fortunas. Todos han sido destituidos. Ahora pagan caro su honor. Alberto, también porque la polémica le salpica. Foto superior, en el Baile de la Rosa, este 29 de julio.
Son cuatro los nombres que aparecen en el dossier: Laurent Anselmi, el que fuera director de gabinete de Alberto; Didier Linotte, presidente del Tribunal Supremo; Claude Palmero, contable y administrador de las propiedades de los Grimaldi y hombre de confianza de Charlene; y Thierry Lacoste, amigo del príncipe desde su infancia, además de ser su abogado.
El terremoto ha sacudido los cimientos de palacio. El propio príncipe ha explicado en Le Figaro su nueva política de manos limpias y de transparencia para impulsar "la renovación institucional". Frente a esta catarata de acusaciones de corrupción, tráfico de influencias y malversación, se encuentra el magnate inmobiliario Patrice Pastor, que se ha convertido en el peor enemigo de la camarilla que rodeaba a Alberto. Para hacernos una idea de su volumen de negocio, Pastor maneja unos 20.000 millones de euros y acumula más del 80% del mercado de ladrillo monegasco.
El escándalo está constreñido en el círculo de Alberto, no le afecta de forma directa, pero le salpica. Se preguntan en la prensa monegasca si el jefe de los Grimaldi puede ir a juicio y la respuesta ha sido que sí.