Juan Carlos I, en Sanxenxo en modo 'discreción máxima': la mariscada de Piliña, a punto
Ana Gómez Viñas
Solo, peldaño a peldaño y agarrado al pasamanos de la escalerilla del avión. Así ha aterrizado el rey Juan Carlos I en Vigo. Eran casi las 14.30 de este miércoles 26 de julio. A media mañana, su amigo íntimo y presidente del Real Club Náutico de Sanxenxo, Pedro Campos, salía con su coche rumbo al aeropuerto vigués. Allí, en Peinador, el emérito pisaba suelo español (foto superior). Debajo, saluda a la prensa desde el coche.
A punto de cumplir tres años de su autoexpatriación a Abu Dabi, don Juan Carlos inicia su tercer viaje a España. Repite destino y formato deportivo: Sanxenxo y regatas. Y también, mariscada marinera a cargo de la mano experta de Piliña, su pescadera de cabecera que tiene su puesto en el mercado de abastos de Portonovo. Así han deslizado desde El programa del verano.
¿Qué no veremos en esta ocasión? No se repite el contexto ni el ruido mediático que generó su primer aterrizaje en mayo de 2022. La tensión informativa se desinfla a medida que el emérito repite planes náuticos en rías gallegas. Se busca un contenido deportivo en un encaje exclusivamente privado. Ni posados ni declaraciones espontáneas ni photocalls.
Esta visita se ha hecho esperar. Nada de fotos del emérito a bordo del Bribón 500 en plena campaña electoral. Pasados los comicios del 23-J, ha llegado su momento. Un timing que ha coincido con las regatas de Felipe VI en Palma. Ambos reyes regateando con sus respectivas embarcaciones.
El deseo de Juan Carlos pasa por participar en la Copa de España 6M. Quiere revalidar su título de bicampeón mundial de vela en este categoría. Veremos si el tiempo lo permite porque fue en su último paso por Sanxenxo la climatología adversa impidió que saliera a navegar. De momento, está Galicia. Espera con su amigo y confidente poder disfrutar de los bocados del mar que más le gustan: rodaballo salvaje, centollas, navajas y percebes.