A los pies de Su Majestad: Letizia sufre metatarsalgia, dolencia que se lleva mal con los tacones
Sara Tejada
Doña Letizia llega al medio siglo en plena forma y pisando fuerte pero sufre el paso del tiempo como todo el mundo. El uso de tacones es habitual, aunque no permanente, pero, para la Reina, estar a la altura de su familia política (los Borbones rozan el metro y ochenta y cinco centímetros de media) es un sacrificio añadido porque padece metatarsalgia, un problema del pie que se traduce en dolor. Por eso, andar subida en salones y stilettos no es recomendable.
En esta imagen de 2015, con zapatos transparentes, se evidencia que con 43 años la reina ya sufría problemas en los pies. Como casi cualquier mortal a cierta edad, Letizia exhibe las durezas, rozaduras y ampollas consecuencia de jornadas interminables. Pero nuestra Cenicienta Real tiene un problema más concreto.
Peso adicional en la punta del pie
Los zapatos de tacón alto transfieren peso adicional a la parte delantera del pie, y son una causa frecuente de metatarsalgia en las mujeres, y una de sus víctimas es Letizia, según publica El País. Los zapatos de punta angosta o el calzado deportivo, que no ofrece soporte y amortiguación, también pueden contribuir al problema.
La metatarsalgia es una afección que produce dolor e inflamación en la bola del pie (metatarso). Actividades como correr o saltar tampoco ayudan. Ni los zapatos demasiado ajustados o demasiado grandes. No suele tratarse de algo grave pero la metatarsalgia hay que cuidarla, a veces aplicando hielo o simplemente descansando. Y desde luego calzando adecuadamente.
Los corredores de larga distancia son candidatos a padecer metatarsalgia, porque la parte delantera del pie absorbe una fuerza considerable cuando una persona corre. Pero cualquier persona que participe en un deporte de alto impacto está en riesgo.
Usar calzado tacón alto puede llegar a deformar el pie. Otra causa es el exceso de peso, pero ese no parece ser el problema de la Reina, cuya dieta y forma física son impecables.
Ya cuando era Princesa de Asturias, y más joven, se calzaba taconazos de hasta 12 centímetros e hizo famosos los clásicos peeptoes, que llegamos a rebautizar como letizios por la frecuencia con que la mujer de Felipe VI los usaba. Ese calzado es elegante pero puede ser una tortura, especialmente tras jornadas infinitas de saludos, comparecencias y besamanos. Y más si se padece una dolencia como la metatarsalgia. Mucho mejor elección son los zapatos estilo Oxford de Uterqüe, como los que le hemos visto esta temporada, modelos con plataforma que además son tendencia.
Hace algo más de un año, descubrimos que la Reina acoplaba a sus zapatos de tacón unas plataformas delanteras que hacían menos terrible el elevado tacón trasero, pues, al compensar la altura, la parte delantera del pie, donde está el metatarso, soporta menos presión.
El stiletto es aún peor que sus famosos salones, que permiten a Su Majestad ir algo menos incómoda sin perder elegancia. Últimamente, la Reina, que calza un 37, escoge con más frecuencia este estilo de zapatos. Prada o Magrit visten los pies de la Reina pero existe un modo de rebajar la tortura a la que pueden someterla esos manolos y demás modelos: añadiendo plataformas. En realidad se trata de barras metatarsianas, que se aplican en los zapatos con tacones. Los huesos metatarsianos son los que se sitúan en la base de la planta, los que más sufren cuando el pie en una posición inclinada.
Las barras, también llamadas herraduras metatarsianas, se colocan en el zapato y en cierta medida aíslan estos cinco huesos que equivalen a la base de cada uno de los dedos. Las que vemos en la fotografía no corresponden a una imagen de la reina. Esta especie de herradura impide que los huesos se apoyen en el suelo, y evitan en cierta medida las durezas que pueden aparecer en esta zona.