Casas Reales

Las infantas Elena y Cristina son el correo del Zar Juan Carlos I con Zarzuela


    Sabina Miranda

    No ha podido encontrar el rey Juan Carlos I a mejores mensajeras. Todo queda en familia. Las infantas Elena y Cristina han sido utilizadas por su augusto padre para llevar y traer mensajes y documentos comprometidos entre Madrid y Abu Dabi, y mantener contacto con Zarzuela, al menos en lo que se refiere a doña Sofía, según ha podido saber este portal. Las fuentes consultadas por Informalia no descartan que las hermanas de Felipe VI hayan servido de correos VIP también para transportar dinero y hacer llegar determinados papeles a la defensa jurídica del Emérito.

    Uno de los mayores éxitos de Julio Verne, fue la famosa novela Miguel Strogoff. Ambientada en plena invasión tártara de Rusia, la historia cuenta las andanzas del correo del Zar, que se ve obligado a atravesar Siberia para advertir al hermano del Zar los planes del traidor Ogareff, a la vez que debe evitar ser reconocido por su madre y ha de esconder sus sentimientos hacia una joven a la que conoce durante el trayecto.

    Las infantas emulan la ficción y cambian Siberia por el trayecto entre Emiratos Árabes y elpalacio de la zarzuela, donde residen no solo Felipe VI y Letizia sino la reina Sofía. También garantizan las hijas de don Juan Carlos total confidencialidad si ha de intercambiarse algún mensaje negociador con Moncloa, si se ha de filtrar alguna fotografía o información a los medios españoles o si el abogado de don Juan Carlos no puede actuar en algún asunto por su condición de letrado 'oficial'.

    Las infantas viajan con maletines sospechosos de guardar secretos insondables. Este miércoles, tras el escándalo de las vacunas, se veía a doña Elena entrar y salir del palacio de La Zarzuela. Fue a ver a su madre, la reina emérita doña Sofía. No ha trascendido lo ocurrido en esa visita, dado el carácter privado de la cita. Pero se sabe que no se reunió con su hermano Felipe. No es baladí que el contacto cara a cara de madre e hija se produzca curiosamente el mismo día que nos enteramos de que las infantas y su padre habían sido vacunados contra el COVID-19 en un centro sanitario de Abu Dabi. Exactamente, les inocularon la vacuna china Shinopharm, una versión del SARV-COV2 alterada genéticamente para generar una respuesta inmune. Dicha vacuna ha sido autorizada en lugares como los Emiratos Árabes , Egipto, Argentina, Marruecos, Pakistán, Perú,  Camboya, Irak, Serbia...

    Tal y como hemos publicado en Informalia, ante la polémica suscitada en la opinión pública, desde Casa Real se sale al paso aclarando que el Monarca no es responsable de los actos de sus hermanas. En un comunicado conjunto con su hermana Cristina, Elena  especifica que "ante las informaciones publicadas en la Prensa sobre la vacunación de la que he sido objeto, quiero efectuar la siguiente declaración: tanto mi hermana como yo hemos acudido a visitar a nuestro padre, y con objeto de mantener un pasaporte sanitario que nos permitiera hacerlo regularmente, se nos ofreció la posibilidad de vacunarnos, a lo que accedimos. De no ser por esta circunstancia, habríamos accedido al turno de vacunación en Espasa cuando nos hubiera correspondido".

    Al hilo de lo anterior, desde Zarzuela se dice que los reyes y sus hijas no solo se vacunaran contra el COVID-19 cuando les toque, sino que lo harán según el orden y los procedimientos establecidos por las autoridades sanitarias.

    Al margen del relato de las infantas o del supuesto cabreo del rey Felipe VI con su comportamiento, los ciudadanos españoles aún no han recibido respuestas a preguntas como éstas: ¿Quién les ofreció a las hijas del Rey Juan Carlos vacunarse? Y sobre todo: ¿Quién les aconsejó hacer semejante comunicado?

    La experta periodista en temas relacionados con Casa Real, Mariangeles Alcazar, asegura que "creo que el rey Felipe debe estar muy cabreado con sus hermanas", algo que nos confirma una fuerte extraoficial de palacio.

    Elena y Cristina, que ya no forman parte del concepto Familia Real, se muestran mucho más cercanas a su padre que a su hermano. O, por lo menos, eso cuentan en los mentideros palaciegos.