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Donald Trump, sobre su amistad con el pedófilo Jeffrey Epstein: "No soy fan suyo"


    Sara Olivo

    Donald Trump está intentando minimizar al máximo su vieja relación con Jeffrey Epstein, un pederasta inculpado por explotar sexualmente a decenas de menores. El asunto también ha salpicado a Bill Clinton, quien viajó con él en su avión privado, conocido como el 'Lolita Express', un nombre que lo dice todo.

    El multimillonario estadounidense Jeffrey Epstein era amigo de Donald y Melania Trump, de Bill Clinton, de Kevin Spacey y hasta del príncipe Andrés de Inglaterra. El pasado sábado fue arrestado, acusado de un cargo de tráfico sexual de menores cuando regresaba en avión privado de Francia a Estados Unidos. En el año 2007 se libró de cumplir una larga pena en la cárcel tras firmar un polémico acuerdo de culpabilidad negociado con Alexander Acosta, el actual secretario de Trabajo del gobierno Trump.

    El asunto tuvo repercusiones internacionales. Andrés de Inglaterra fue acusado de utilizar a una de sus esclavas sexuales a petición de Jeffrey Epstein. El hijo de la reina Isabel II negó los hechos; su ex mujer, Sarah Ferguson, lo defendió públicamente y la fiscalía estadounidense firmó con él un acuerdo de inmunidad para que pudiera desentenderse del caso.

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    Epstein, amigo de Bill Clinton y de Donald Trump durante muchos años, se enfrenta a una pena máxima de 45 años de cárcel por tráfico sexual de menores y conspiración para cometer delitos sexuales con menores. Según la acusación, Epstein "explotó y abusó sexualmente de decenas de chicas menores de edad en sus residencias de Manhattan, Nueva York y  Palm Beach, en Florida, entre otros lugares", según señala el fiscal Geoffrey Berman. El multimillonario invitaba a las chicas a sus casas, donde les pagaba cientos de dólares por acostarse con él o con sus amigos. También inducía a las jovencitas para que convencieran a otras amigas suyas para ser sometidas a abusos sexuales.

    Ahora, Donald Trump ha negado su relación con él. Si en el año 2002 lo calificó como un tipo fantástico, ahora ha dicho "No soy fan suyo", una frase que denota su escasa sensibilidad hacia un delito tan espantoso como es el abuso de menores. "Me enfadé con él hace quince años", afirma, y ha justificado su antigua amistad en el hecho de que fuera "un personaje fijo de Palm Beach".

    Sus declaraciones han tenido lugar en la Casa Blanca, en una conversación con los reporteros que cubrían el encuentro del presidente norteamericano con el jeque Tamim Bin-Hamad Al-Thani de Qatar. También ha aprovechado para compadecerse de Acosta, a los pies de los caballos en estos momentos por haber facilitado el acuerdo que permitió a Epstein cumplir 13 meses de cárcel en régimen abierto tras indemnizar a más de 30 víctimas. Se transmitió el mensaje de que el dinero lo puede todo en una sociedad que no tolera el consumo de alcohol para menores de 21 años y donde, a la vista de los hechos, la justicia no persigue de oficio a quienes abusan de los menores.

    Bill Clinton también ha reaccionado. El escándalo Epstein ha ensuciado su imagen. Hay fotos de él viajando incluso en el Lolita Express. Esto es lo que ha dicho su portavoz, Ángel Ureña: "El presidente Clinton no sabe nada sobre los terribles crímenes de los que Jeffrey Epstein se declaró culpable en Florida hace algunos años o de los que le han sido imputados recientemente en Nueva York". Añade que Clinton "no ha hablado con Epstein en más de una década".

    Epstein: "No soy un delincuente"

    Ureña explicó que el ex presidente realizó en 2002 y 2003 cuatro viajes con el avión de Epstein relacionados con el trabajo de la Fundación Clinton. Le acompañaban trabajadores y afiliados a la Fundación, así como su servicio de escolta del Servicio Secreto. Una excusa muy pobre, pues también tenía escoltas cuando mantuvo relaciones sexuales con Mónica Lewinsky (consentidas), en las que había abuso de poder, ya que él era el presidente de Estados Unidos y ella una becaria. 

    El fiscal Geoffrey Berman ha manifestado en el escrito de acusación que Epstein es "un delincuente sexual registrado, no está reformado, no está corregido, no se arrepiente. Más bien es un peligro continuado para la comunidad y un individuo que se enfrenta a devastadoras pruebas que apoyan cargos muy serios". Epstein, tras irse de rositas después del acuerdo firmado en 2008, se sentía impune, hasta el punto de llegar a manifestar: "No soy un depredador sexual sino un delincuente. Es la diferencia entre un asesino y una persona que roba un panecillo". Las redes arden en Estados Unidos con este asunto.