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Isabel Sartorius y César Alierta: este verano pone a prueba su complicada relación


    Sara Tejada

    La relación está en punto muerto. Ni avanza ni retrocede. Isabel Sartorius y César Alierta llevan juntos más de dos años pero su historia de amor no está siendo precisamente un remanso de paz. Negros nubarrones alteran la convivencia de cuando. El problema es más serio de lo que podría parecer.

    "Ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio": esta frase, escrita por Antonio Machado resumiría la situación de Isabel Sartorius y el ex presidente de Telefónica César Alierta. Como los hamsters, dan vueltas a una rueda que no les conduce a ningún lado.  

    Isabel Sartorius no vive precisamene en una  jaula. Tiene un piso que costea César Alierta en la calle Fortuny , en la zona más "noble" de Chamberí. No necesita trabajar para sufragar sus gastos. El precio de un alquiler en esa zona ronda como mínimo los 2.500 euros mensuales, y la cotización de mercado de los domicilios de este edificio en concreto se sitúa en torno a los dos millones de euros. 

    El nuevo hogar de Isabel Sartorius está situado muy cerca de donde vivía Marta Chávarri junto a otro importante financiero, Alberto Cortina. Curiosamente Marta es hermana de María, ex mujer de Javier Soto, el padre de Mencía.

    Los paralelismos entre ambas son obvios, pero hay algo que las distancia. Isabel Sartorius, según aseguran personas que conocen muy bien a César Alierta, no va a casarse con el empresario. Sabe que su relación está en punto muerto. "Siguen juntos, pero como podría llegar a decirse, de una forma singular. No progresan adecuadamente, si utilizamos un término escolar", afirma una fuente que conoce al empresario y nos insiste en que cada uno, hasta el momento, conserva su propio espacio. Él, en su piso en la urbanizacion de la Florida, donde vivió con su mujer, fallecida hace cuatro años, y ella y su hija cuando está en Madrid, en el domicilio que Alierta ha puesto a su disposición. 

    La ex novia de Felipe VI  es una mujer franca y sincera. Su belleza encandiló al ex presidente de Telefónica quien, pese a lo que pudiera pensarse, no la contrató por ser su novia con un sueldo altísimo en la Fundación Telefónica.

    Intimaron durante un viaje de cooperación a África y allí surgió una relación de amistad que Isabel, con insistencia, constancia, sensibilidad, buen humor, paciencia y tacto, supo fortalecer. Entonces Isabel pasaba por un momento de estabilidad, y supo mostrar su mejor faceta.

    No fue fácil. César Alierta, guardaba y guardará siempre una enorme lealtad emocional a Ana Cristina Placer, su esposa fallecida.  Pero no es la memoria de su mujer lo que impide en estos momentos que la relación avance. Isabel no lo está pasando bien. Es demasiado emocional. Y tiene un carácter fuerte que no siempre sabe disimular.

    En julio de 2016 protagonizó una escena muy dura con un periodista. Se celebraba una rueda de prensa, y alguien acusó erróneamente en público al informador de ser el autor de una noticia que relacionaba a la hija de Isabel, Mencía con El Pequeño Nicolás, quien ahora afirma ser virgen.

    El escaso autocontrol de Isabel le juega malas pasadas

    Isabel perdió los nervios hasta el punto de colocar su frente a escasos centímetros del susodicho. Más de una decena de personas presenciaron el penoso incidente. Por su hija, como Belén Esteban, mata, pero habría sido mucho más inteligente no mostrar sus emociones en público. Los modos la pierden.

    Es demasiado "de verdad", demasiado auténtica. No tiene medida. Vive intensamente y los que están con ella saben que tienen que adaptarse a sus altibajos de carácter.

    Ha sufrido alguna que otra depresión que no ha ocultado, y César Alierta ha estado a su lado para cualquier cosa que necesitara tanto en el terreno afectivo como material. 

    La cuida y la protege no solo como una pareja, sino también como haría un padre con su hija. La vida de Isabel no ha sido fácil, es una mujer temperamental, tan cálida como intensa, siempre viviendo al límite y sin temor a resultar herida. En ocasiones, sus parejas no han sabido estar a la altura. No es el caso. César Alierta nunca ha reparado en medios para hacerle la existencia  menos complicada. Es capaz, como vulgarmente se dice, de estar con ella a las duras y a las maduras, pero todo tiene un límite. Nos cuentan que el verano pasado el ex presidente de Telefónica vivió una escenita con testigos en Sotogrande, uno de los lugares de vacaciones favoritos de ambos, que lo dejó algo tocado. 

    Algo semejante jamás le habría ocurrido a Alierta con su anterior esposa. Era Ana Cristina una mujer tranquila, serena y muy dulce con la que vivió una existencia plena. El hecho de no tener hijos los unió incluso si cabe aún más. Aunque en un momento de su vida se plantearon adoptar. Pero dice el refrán que a quien no le da Dios hijos, le da sobrinos.

    Y Alierta estuvo siempre muy unido a los suyos, tanto a los carnales como a los de su mujer. Uno de ellos, Javier Placer, trabajó incluso con él en Telefónica. 

    Alierta y sus hermanos, dos mujeres y un hombre,  forman una estructura familiar muy compacta. Cuando se tuvo noticia del inicio de la relación entre Isabel y César Alierta, en otoño del 2017, se llegó a decir que la oposición familiar había hecho mella en la pareja. Incluso una de ellas, ante tanto rumor, se apresuró a filtrar a los medios que lo único que le importaba era que su hermano fuera feliz estuviese con quien estuviese. 

    Se dijo que la familia tenía otras candidatas. Incluso se habló de una amiga de toda la vida de César y su fallecida esposa, Clara Lorén, la viuda del jugador de fútbol Carlos Lapetra, como posible adversaria sentimental de Isabel Sartorius.

    Aquellos rumores, publicados por el Español en diciembre del 2017, salieron a la luz tras conocerse la ruptura de César y la ex del príncipe Felipe. Al parecer, César Alierta se asustó al verse en las portadas de la revistas vestido con vaqueros. No soportaba verse perseguido por los paparazzi. Se distanció de Isabel Sartorius y comenzó a refugiarse todos los fines de semana en Zaragoza, cerca de los suyos y de sus amigas de toda la vida, que también lo eran de su mujer.

    Tras un impasse, volvieron a estar juntos. Pero la relación está estancada. "No va a más, ahí se han quedado. No existen planes de futuro. Isabel se ha resignado y acepta la situación", nos cuentan, y lo tiene claro "desde hace muchos meses". Se ven, quedan, pero llevan camino de convertirse en "amigos especiales", si no fuera por la implicación de César en ayudar a esta mujer a la que la vida no ha tratado nada bien desde su niñez. "Si ella sufre, él también", nos cuentan. 

    Una boda a estas alturas parece muy improbable a ojos de observadores autorizados. La ex del príncipe Felipe nunca llegó a casarse con Javier Soto, el padre de Mencía, aunque no hizo nada para impedir que la gente creyera que era una mujer casada.

    Años más tarde del nacimiento de la hija de la pareja fue la revista Hola quien publicó que el suyo había sido un matrimonio fantasma, por así decirlo. Isabel, que a punto estuvo de convertirse en la mujer del entonces heredero de España, parece condenada a permanecer soltera toda la vida.

    No es la primera vez que sale con un empresario. Según publicó Informalia, Isabel llegó a la vida de Fernando Ballvé, dueño de Campofrío y Telepizza, cuando este millonario padecía un cáncer de piel que provocó su a muerte en 2009. La relación había sido complicada y tuvo desagradables consecuencias para Isabel. Ballvé había avalado con 200.000 euros a Sartorius en la creación de una firma de bolsos que acabó fracasando. Los seis hijos y herederos de Fernando Ballvé acabaron perdiendo el dinero que Isabel no pudo devolverles y Sandra Macaya, la viuda del empresario, reclamó los 200.000 euros de sus hijos a Isabel ante los tribunales.

    Isabel Sartorius: "No soy una mujer interesada"

    En declaraciones al diario ABC, en diciembre de 2012, Isabel afirmaba: "Si tuviera el dinero claro que lo habría pagado y eso que moralmente sé que fue un regalo de Fernando pero lo cierto es que no lo tengo. Ahora cuentan que estoy arruinada y lo cierto es que no podría estarlo porque nunca he tenido un duro. Vivo al día y así ha sido desde siempre ya que mis padres no me han dado nada, es más, he tenido que hacer algunos reportajes justamente para pagar deudas de mi madre o poder costear algunos gastos de mi hija. No soy una mujer interesada, de haberlo sido podría haberme casado con hombres poderosos. Vivo de alquiler y no tengo ayuda de nadie".

    Leer también: Primeras imágenes de Isabel Sartorius y César Alierta juntos

    Ahora sigue viviendo de alquiler, pero lo paga César Alierta. Y la posibilidad de una boda, aunque ella quisiera, está muy lejos. Tampoco necesita trabajar, todas sus necesidades están cubiertas. César Alierta es una persona muy generosa. 

    De hecho hay quienes piensan que podría donar parte de su herencia, si no toda,  a obras de caridad. Otros apuntan a que lo haría en vida, si acaso, y sería para la obra social en la que está implicado ahora, Profuturo,

    ProFuturo es la iniciativa impulsada por Fundación Telefónica y Fundación Bancaria "la Caixa" . Lleva educación digital a niños y niñas de entornos vulnerables, y ha beneficiado ya alrededor de 5,8 millones de niños y niñas de 23 países de Latinoamérica, África y Asia.

    El presidente de la Fundación Telefónica no solo es generoso, sino también extremadamente austero. No necesita de mucho para vivir.

    La similitud, a medias, con María del Carmen Martínez Bordiú

    Isabel, si no logra la anhelada estabilidad podría vivir una situación parecida a la de María del Carmen Martínez Bordiú. Su ex, Luis Miguel Rodríguez, más conocido como "El Chatarrero", actual pareja de Ágatha Ruiz de la Prada le estuvo pagando el alquiler hasta un dos años después de su ruptura.

    Pero hay una diferencia. César, todo un caballero, no va a dejar de ayudar nunca a la mujer que le ha hecho revivir sentimientos que creía olvidados. Otra cosa es que esté dispuesto a situarla en su corazón en un estatus distinto, el de compañera de vida. E Isabel no es tonta. Alierta es un hombre muy religioso, devoto de la Pilarica, y si la tomara en serio realmente, pasaría por el altar con ella. 

    Hay quien piensa que no fue la Reina Sofía quien frustró la relación entre el actual rey, Felipe VI y su amor de juventud. La Reina habría sido la madrastra mala que habría impedido la felicidad de su hijo. El tópico y típico cuento no es cierto, o al menos no es cierto del todo en este caso. La falta de autocontrol emocional de Isabel tuvo  gran parte de la culpa de la ruptura, señalan algunas fuentes. No valía para ser consorte. 

    Por cierto, la reina Letizia y Felipe VI mantienen una relación muy estrecha con Isabel Sartorius. La novia de César Alierta fue incluso inmortalizada en El Pardo junto a la entonces princesa de Asturias charlando en un banco de una terraza de El Pardo allá por el 2010 .

    Todo lo que le ocurra a Isabel le duele tanto a Felipe como a Letizia. Y nuestro Rey conoce lo suficiente a César Alierta, monárquico a carta cabal, como para darle un toque si pensara que pudiera llegar a dañar los sentimientos de su ex. Tal vez no se case nunca con ella, pero siempre la tratará como a una reina.