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¿Por qué el arzobispo de Sevilla, monseñor Asenjo, pasó de la boda de Sergio Ramos y Pilar Rubio?


    J. Moriarty

    La belleza extrema de la novia y la Salve Rociera con que la voz de Niña Pastori inundó la catedral de Sevilla están en la lista inmensa de cosas buenas de una boda irrepetible. 

    Pero también hay cara b en el bodorrio de Sergio Ramos y Pilar Rubio: por ejemplo,  ausencias tan marcadas como las de Cristiano, Piqué o Zidane y sus señoras, o la espantá del arzobispo de Sevilla (desde hace diez años), que hizo un feo notable dejando a un cura raso para oficiar, tal vez porque vio más show que fe en este sacramento.

    Algunos la llaman "la boda del unicornio fantasma" porque el invitado que no luciera tatuado un unicornio, no entraba. Luego resultó que el tatuaje era una estrella roja sobre fondo negro. ¿Dónde se quedó el animal noble, puro y espiritual? A la ceremonia nupcial no entró.

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    Pilar Rubio, la espléndida novia, llegó a la catedral de Sevilla (18:30) 19 minutos más tarde que Sergio Ramos (18:11), el elegante novio: como mandan los cánones en cualquier casorio, sean quienes fueren los contrayentes o los encargados de organizar el bodorrio.

    Hubo desfile de famosos, futbolistas, empresarios, toreros, cantantes, modelos, gente guapa y atrevidos que, por cumplir con el protocolo, se embutieron en un chaqué que a alguno le sentaba peor que a un cura dos pistolas. Y hablando de cura, que el arzobispo de Sevilla, monseñor Asenjo Pelegrina, que es más serio que un luto (dicen por la Giralda), se borró de la función y mandó a un cura raso, del barrio de Los Remedios, para que oficiara la ceremonia. Aunque monseñor Asenjo es pariente lejano del portero del Villarreal, y uno de los contrayentes era futbolista, no pasó por el aro y prefirió alejarse del show que se iba a montar en su casa.

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    Hay que tener un par de eso que tanto alardean los futbolistas cuando recurren a la épica, para casarse en una catedral y que organice el sarao una agencia que atiende por LaPutaSuegra. Cierto es que de todo hay en la viña del Señor, por eso se supone que a pesar de lo mucho que se especula sobre el pastizal que ha tenido que pagar el matrimonio Ramos-Rubio para casarse en la capilla catedralicia de la Virgen de los Reyes, la suma se estableció en 175 euros cuando René, el hermano del novio, reservó el lugar hace un año.

    René Ramos es el brazo derecho de Sergio, pero quien corta el bacalao en grandes porciones es José María, el padre de ambos, que prefiere no aparecer mucho en los papeles porque la sombra le favorece y, además, es el testaferro de Juan Guerra… Sí, el famoso Juan Guerra, el hermano de don Alfonso, ése, el mismo.

    Al grano. El caso es que desde las cinco de la tarde de este sábado 15 de junio, en Sevilla hacía un sol de justicia y el desfile de personalidades cautivó a una ingente cantidad de mirones y entusiastas a quienes no arredró tener que tirarse casi tres horas de plantón por estar cerca del famoseo. Y hubo mucho famoso y mucha famosa, y fue la glamurosa Nati Abascal una de las que, vestida de rosa fucsia, dio el cante y se saltó las normas, que establecían que las señoras no deberían lucir de rosa, rojo, verde y blanco… Paqui, la madrina y madre del novio, iba de verde pistacho; pero, claro, se trata de la mamá del novio.

    En torno a las siete y media, exactamente a las 19:20, los contrayentes se dieron el 'sí, quiero' y Niña Pastori cantó la Salve Rociera, como solo ella sabe cantarla, para gozo del personal congregado en el templo. No hubo desorden ni descoloque, sí mucha emoción, y no fue necesario que Paqui, Sergio, Pilar, René o José María pronunciaran a voz en grito la famosa frase  ¡si me queréis, irse, que inmortalizó Lola Flores.

    De la seguridad se encargaba el equipo de Julio Cendal, quien a su vez es el jefe de seguridad del Real Madrid. Una vez que los protagonistas de todo eso se habían jurado amor eterno, se procedió al acto de las firmas de los testigos. Por parte del novio, su padre, su hermano, ¡Cristóbal Soria!, ¡David Beckham! Y… Florentino Pérez. No dejo de preguntarme cómo el presidente del Real Madrid sigue la corriente a sus pupilos. Asistió a la no boda de Ronaldo Nazario da Lima, el Gordito, y Daniella Cicarelli en el castillo de Chantilly, en París, un 14 de febrero, y en ésta ha sido testigo de un jugador que tres semanas antes se plantó en su despacho para despedirse del Real Madrid rumbo a China sin pasar por taquilla.

    Marcadas ausencias

    En fin, caprichos del destino, y casualidades que no son tales. Por ejemplo, no estuvieron Cristiano Ronaldo y Georgina. Se dijo en vísperas que, como estaban de vacaciones familiares en Grecia, no podían ir a la boda de Sergio y Pilar. Falso. Sergio no invitó al crack portugués, con quien tuvo algún que otro desencuentro verbal cuando CR decidió fichar por la Juventus.

    Tampoco acudió Zidane, que estaba en Bilbao con su señora, ni Alejandro Sanz, que actuaba en Madrid, ni Piqué (?)... La ausencia de Casillas y Sara Carbonero se debió a motivos mucho más trascendentales y personales, como los que tuvo Luis Enrique, el seleccionador, para excusar su asistencia. No obstante, el elenco de invitados que colapsaron el AVE Madrid-Sevilla y los vuelos desde la capital hasta Híspalis fue de tronío. Busquets, Jordi alba, Joaquín, Beckham y Vicky, Cazorla, Jesús Navas, José Mari, Butragueño, Hierro, Roberto Carlos, Caparrós, Mijatovic, Pepe Reina, Keylor, Reguilón, Lucas Vázquez, Modric, Morata, Brahim, Asensio… y la pera limonera entre artistas y toreros. Una boda por todo lo alto organizada por LaPutaSuegra y sin el arzobispo.

    Concluida la ceremonia, los mayores de 18 años fueron subiendo a microbuses que les acercarían a la finca La Alegría, propiedad de Sergio Ramos, en Bollullos de la Mitación. Cerca de 500 invitados al banquete, que cocinó Dani García, tres estrellas Michelín, y en la parcela, una noria descomunal, tipis, coches de choque o lo que viene a ser un parque de atracciones pero solo para mayores. Pilar, Sergio, que seáis muy felices. La que habéis liado no merece menos.