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La rocambolesca historia de la loca del muelle de San Blas, la canción de Maná
Informalia
Pocas canciones hay tan emblemáticas como En el muelle de San Blas, el gran éxito de Maná, y tal vez el tema que los convirtió en uno de los grupos musicales más conocidos en todo el mundo. Lo que muchos no saben es que la protagonista de esta canción existió realmente.
La canción cuenta la vida de Rebeca Méndez Jiménez, una mujer de quien, hasta ahora, todo el mundo pensó que se volvió loca esperando a su difunto novio, fallecido en un naufragio. Rebeca nació en la localidad mexicana de San Blas en el año 1949 y falleció hace ocho años, concretamente un 16 de septiembre del 2012. Contaba solo 63 años de edad. La leyenda afirmaba que su vida era feliz hasta que el 13 de octubre de 1973 esta mujer, locamente enamorada de su novio, lo despidió en el muelle de San Blas.
Tenía ya comprado el traje de novia para la boda, que se celebraría cuatro días más tarde. Todos sus sueños se habrían hecho añicos cuando esa misma noche el huracán Priscilla acabó con la vida de todos los tripulantes de la embarcación en la que navegaba Manuel.
Rebeca, según la versión conocida hasta ahora, perdió la cabeza y vestida de novia esperaba la llegada de su amor mientras sobrevivía vendiendo muñecas de tela en el muelle. Fer, el vocalista de Maná, se cruzó con ella y escuchó su historia; el cantante quedó tan conmovido que, junto a su compañero Alejandro Puebla, escribió una composición de un lirismo sobrecogedor.
Pero, según ha publicado el diario El Mundo, la historia cojea, como cojeó Maná tras caerse del escenario mientras entonaba la estrofa "sola en el olvido, sola con su espíritu".
Una mujer entre desgracias
Blanca Leticia Suárez Méndez, la hija de la protagonista de la canción, ha desmentido la leyenda: "Mucho se habló sobre mi madre. Lamentablemente, casi todo lo que se dice es mentira". Su madre no estaría esperando a un marinero fallecido, sino a otra persona. Blanca Leticia le preguntó quién era: "Es un misterio que me llevaré a la tumba", respondió su madre.
Según ha contado su hija, la llamada "loca del muelle de San Blas" vivió su juventud en Guadalajara, donde llegó a ser conocida como cantante. El embarazo de Blanca puso freno a una carrera que pudo haber sido prometedora. "Quedó embarazada de mí y no la dejaron casarse con mi padre. La violencia con la que la alejaron de él fue desesperante. Incluso, para protegerlo, la familia de él lo envío al extranjero y eso llevó a mi madre a la locura". Y ha añadido: "Sin embargo, su corazón aún tenía hueco para un nuevo amor. Se quedó embarazada y tuvo dos hijos más. Ahí empezó a vestirse de novia, pero el problema es que su amado ya estaba casado".
"La primera vez que ella se vistió de novia le costó el manicomio. Le quitaron su herencia y sus niños, a quienes enviaron a Italia", ha desvelado la hija. Un terremoto le permitió escapar de entre los muros del psiquiátrico y empezó a vagar por las calles, buscando a sus hijos.
Maná simplificó la historia
Después, su presencia se convirtió en habitual en el muelle de San Blas, donde se enamoró una vez más. En esta ocasión, de un hombre más joven que murió en un accidente.
Rebeca siguió en el muelle y conoció de vista a Fer, que simplificó la fascinante historia de esta mujer. Hay incluso un monumento en el muelle en homenaje a ambos. Para la hija de Rebeca, su madre solo fue una mujer enamorada del amor.