El curioso caso de Jurgen Klopp: casado con la J.K. Rowling alemana, fan de la cerveza y de izquierdas
Sara Olivo
Jürgen Klopp, entrenador del Liverpool, mide un metro y noventa y un centímetros, tres menos que Gerard Piqué, pero ha sido el gigante que se ha convertido en el verdugo del Barça en las semifinales de la Champions. Casado en segundas nupcias con Ulla Sandrock, una especie de J.K. Rowling alemana, es padre de dos hijos, uno de ellos futbolistas.
Ha sido la pesadilla de Valverde. Jürgen Klopp, al que atribuían fama de gafe hace muchos años, ha llevado al Liverpool a la final de la Champions tras golear por 4 goles a 0 al equipo catalán. Antes de entrenar al equipo de la ciudad de los Beatles, este alemán de 51 años, procedente de un pueblo de 1.500 habitantes llamado Glatten, en la Selva Negra germana, ejerció como técnico en el Mainz y en el Borussia de Dortmund, donde también jugó su hijo Mark durante una temporada. Tal era su popularidad que los seguidores del equipo alemán se tatuaban su cara en sus propios rostros. El año pasado casi tocó con el Liverpool la gloria con los dedos pero perdió contra el Real Madrid por 3-1 en la final de la Champions disputada en Kiev.
Está considerado como un hombre muy atractivo. Lleva las gafas con tanta elegancia como Fabio Capello, aunque su estilo es mucho más casual y hasta a veces, desaliñado. Práctico, lo que le importa ante todo es la comodidad y estar abrigado si el clima lo requiere en el terreno de juego. Cuentan que alguna vez ha ido hasta con pijama. Un estilo muy distinto al de Mourinho o Zidane "Hay muchos entrenadores que están al borde del terreno de juego y llevan un traje, una corbata, sufren… Yo no".
Está casado con la escritora de libros infantiles Ulla Sandrock, autora de Tom y la magia del futbol en África, que fue todo un best seller. El propio Klopp dijo sobre él: "Es cómo Harry Potter pero sobre fútbol, pero aquí no vuelan ni hay ninguna jodida varita".
Suelen veranear en Ibiza, donde Ulla luce un cuerpazo mucho mejor conservado que el de su marido, un ex futbolista que llegó a disputar 340 partidos con el Mainz. Al contrario que Zidane o Guardiola, luce sin mayores problemas una barriga cervecera de la que no se avergüenza.
Como a todo buen alemán, le gusta mucho el dorado líquido, hasta el punto de que fue fotografiado abandonando un restaurante con cuatro botellines en la mano para seguir bebiendo en casa. Tal es su afición y tantas veces ha sido inmortalizado bebiendo cerveza que fue contratado por Warsteiner para hacer publicidad de su marca.
Jorgen y Ulla tienen hijos de relaciones anteriores. El entrenador del Liverpool, concretamente, tiene dos, uno de ellos es Mark Klopp, ex jugador del Borussia, retirado del fútbol por culpa de diversa lesiones.
El injerto de pelo y los rumores de infidelidad con la mujer de un jugador
Al contrario que a otros entrenadores, no le asusta ningún tipo de preguntas. Hace tres años, un periodista, en una rueda de prensa futbolística, le preguntó abiertamente cómo había conseguido adelantar la línea del nacimiento de sus cabellos varios centímetros. Esto fue lo que contestó: "Pues sí, es cierto, me he hecho un injerto de pleno, y creo que el resultado ha sido de lo más chulo…¿no creéis?"
Incluso encaja las preguntas más íntimas, en el 2015 se rumoreó que abandonaba el Borussia por una infidelidad. Esta fue su respuesta por aquel entonces, cuando vivió una profunda crisis en su relación de pareja: "Ya me han contado que circula la historia de que voy a irme del club porque mi esposa me dejó porque tuve una aventura con la mujer de un jugador. ¡Wow! Eso no tiene sentido. Todavía amo a Ulla. Tuvo cien razones para dejarme, pero no por ese tipo de cosas".
Antes de ser jugador quiso ser médico, pero lo de estudiar no era lo suyo. Está en contra del Brexit y reclama otro referéndum. También ha dejado claro sus ideas políticas: "Si hay algo que jamás haré en mi vida será votar a la derecha", dijo. Es divertido, carismático y muy humano. Jamás se niega a visitar a niños enfermos en hospitales, y a colaborar en todo tipo de causas benéficas. Sueña con retirarse, no quiere morir en el banquillo, pero es muy probable que recupere su trabajo como comentarista en la ZDF, trabajo que desempeñó durante la Copa del Mundo de 2006. Sus compatriotas le adoran. ¿Y quién no?