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El futuro de Javier Maroto tras quedarse sin su sueldo de diputado: ¿momento de ampliar la familia?


    Sara Tejada

    El descalabro de Pablo Casado en las elecciones generales incluye el final de la carrera como diputado de Javier Maroto en el Congreso, al menos en esta legislatura, y por consiguiente pierde el sueldo de 87.000 euros al año.

    El vasco no solo pierde su asiento de parlamentario sino que ha sido fulminado como jefe de campaña del PP para los comicios municipales, autonómicos y europeos, convirtiéndose en una de las primera víctimas de Pablo casado tras la hecatombe, puesto que Maroto fue su responsable  de campaña, una campaña que a todas luces ha resultado ser desastrosa.

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    No obstante, el ex alcalde de Vitoria mantiene su sueldo como Vicesecretario de Organización de su partido, aunque podría haber cambios en un futuro porque los tesoreros de Génova temen acabar en bancarrota ante el escaso apoyo recibido en las urnas. El político alavés, felizmente casado, aunque sin hijos hasta el momento, podría tener que replantearse su situación económica.

    Su marido, Josema Rodríguez, está instalado en Madrid después de que pidiera a finales de 2017 una excedencia de ssu puesto de funcionario en el Ayuntamiento de Durango (Vizcaya), su pueblo natal. La pareja de Maroto trabaja ahora en la capital como subdirector del Instituto Nacional de Administración Pública, con sueldo de unos 60.000 euros al año, más complementos específicos. José Manuel Rodríguez Carballo es Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Comercial de Deusto y cuenta con estudios de posgrado. Es funcionario de carrera (Técnico de Administración Especial) de la Administración local. Su trayectoria profesional se ha desarrollado tanto en el ámbito privado (empresas de bienes de consumo, entidades financieras y empresas industriales) como en el ámbito público municipal.

    Tal y como está el panorama en el PP, Javier y Josema pasan el momento más delicado de su historia de amor desde que empezara en 2006. El flechazo surgió en Bilbao, en uno de los encuentros de la Universidad de Deusto con ex alumnos. Allí los dos estudiaron la carrera de Ciencias Económicas y Empresariales, aunque en distintos cursos porque el marido del político es siete años mayor que Maroto. Después de licenciarse, Rodríguez trabajó en el Banco Nacional de París, fue director financiero en una empresa del sector metalúrgico, interventor general de ALL, hasta que sacó las oposiciones y entró a trabajar en el Ayuntamiento de Durango en 2008.

    Al principio de salir, en la relación de Maroto y su marido hubo más de dos personas porque el político siempre tenía que moverse en el País Vasco con escoltas por cuestiones de seguridad. Ese fue el principal obstáculo de su vida sentimental, porque el alavés siempre dice que nunca tuvo problemas por ser homosexual y pertenecer a un partido tan conservador como el PP. Su salida del armario tampoco fue traumática, en boca de sus amigos. "Sus padres y sus hermanos Ramón y Nuria le dijeron: 'Si tú eres feliz, nosotros también' y Javier acertó al ser franco porque su familia le adora", tal y como declararó al periódico El Mundo en 2015, poco antes de que el político contrajera matrimonio el 17 de septiembre de ese año en el Ayuntamiento de Vitoria, en donde fue alcalde.

    La unión civil fue noticia entonces porque reunió a los mandamases del PP en su ceremonia, desde el presidente, Mariano Rajoy, hasta María Dolores de Cospedal o Soraya Sáenz de Santamaría, al igual que Javier Arenas, Pablo Casado y Andrea Levy. En aquellos días, muchos medios recordaron que en Génova trataron de tumbar la ley que amparaba los matrimonios homosexuales al presentar en 2005 un recurso ante el Tribunal Constitucional. También fue muy comentado que Rajoy bailara en la boda el mítico YMCA, de Village People, todo un himno gay. Mariano Rajoy asistió a la celebración posterior a la boda del exalcalde de Vitoria, el 'popular' Javier Maroto, con su pareja, el economista Josema Rodríguez.  Probablemente aquella fue la primera boda homosexual del entonces presidente del Gobierno. La fiesta tuvo lugar en Vitoria, y Maroto y su marido reunieron a los invitados en torno a mesas con singulares nombres de estrellas de la música, como Céline Dion, Sergio Dalma o Camela. Rajoy estuvo sentado junto a su mujer Elvira Fernández en la mesa Céline Dion.

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    Aquel día se hicieron muchas fotografías pero no todas fueron publicadas. El vasco procede de una familia de clase media, creció en el barrio de Txagorritxu de Vitoria y es el mayor de tres hermanos. Su madre era enfermera y su padre empezó trabajando como perito en una empresa alavesa, aunque terminó abriendo una librería, donde Javier trabajó forrando libros. En esos años, el político estudió en el Colegio de San Viator, centro escolar de educación religiosa, y dice que allí nunca sufrió bullying: "Seguramente, al ser mayor y el más alto de la clase, no tuve dificultades de ese tipo. No tuvimos problemas porque pertenecíamos a la misma clase social o parecida y eso nos unía bastante", contó en Diez Minutos hace un año. También es verdad que no salió del armario hasta bastante tiempo después.

    Ahora Maroto se replantea el futuro al tiempo que sigue pendiente de las elecciones locales y europeas del 26 de mayo. Días antes también vivirá otra cita importante para él, la de Eurovisión, certamen musical que sigue con especial fervor junto a su marido. El año pasado los dos estuvieron en la ceremonia animando a Amaia Romero y Alfred García en Portugal, aunque es posible que la agenda política le impida estar este año a Javier en Tel Aviv, que es donde el festival celebra su final el 18 de mayo.

    Maroto sí que sacará hueco para su íntimo amigo Iñaki Oyarzábal, el presidente del PP de Álava, que también se ha quedado sin su asiento en el Senado. Ambos suelen salir de fiesta por las noches de Madrid y son ya caras habituales del Baila Cariño, la fiesta gay de la Sala Cool, donde pincha el dúo Poptardas todos los fines de semana. También Javier suele salir a correr y a montar en bici. De lo que no tiene pinta es que el político quiera aumentar la familia con Josema Rodríguez. "No queremos hijos. Es una decisión personal. No lo hemos pensado. Además, aunque él parece muy joven... Bueno, vamos a decir que es una decisión personal", dijo a El Mundo hace un año. A lo mejor, el matrimonio cambia de opinión ahora que Maroto podría disfrutar de más tiempo libre.