Carla Vigo, la sobrina de Letizia: "Si no me controla mi padre, menos me va a controlar mi tía"
Informalia
La sobrina de la reina, hija de su hermana, la fallecida Érika Ortiz, "tuvo que firmar un documento de confidencialiad" cuando cumplió 18 años, según el periodista que la ha contactado. Asegura que Carla Vigo no habla con cariño de su tía.
Carla Vigo, la hija de la hermana de doña Letizia, la fallecida Erika, ha hablado, con polémica, y parece que su relación con la Reina no es buena. Lo cuenta un periodista que se llama José Antonio Avilés y con el que comenta que quiere ser pregonera del día del Orgullo Gay y que le encantaría que su tía estuviera entre el público.
"Llama la atención que Carla hable en esos términos de su tía, cuando ésta ocupó el lugar de su madre cuando falleció Erika", dice el periodista que ha contactado con la prima carnal de la princesa Leonor. Las palabras de Carla sobre la la Reina están, en su opinión, cargadas de odio y rencor. Según Avilés dijo: "Si no me controla mi padre, menos me va a controlar mi tía".
Además de desvelar que "Carla quiere ser la pregonera del Orgullo Gay de Madrid", el periodista añadió que "también quiere que su tía esté entre el público. Yo creo que ella es consciente de que eso no va a suceder". Según Avilés, la sobrina de Letizia Ortiz tiene datos sobre la familia real, motivo por el cual, al cumplir 18 años, Carla tuvo que firmar un documento de confidencialidad.
Érika, su madre, falleció cuando ella solo tenía seis años. Al contrario que sus hermanas mayores, la madre de Carla prefería el baloncesto al baile, aunque dio clases de danza, como Letizia y Telma. Érika, la pequeña de las Ortiz Rocasolano, siempre demostró estar muy interesada en los derechos de las mujeres. Su hija Carla es desde octubre mayor de edad, quiere ser bailarina y es una firme y activa defensora de los derechos LGTB.
Felipe y Letizia, entonces príncipes de Asturias, en el tanatorio tras la muerte de Érika en febrero de 2007.
La tragedia que se llevó a su madre tuvo lugar a principios del año 2007, cuando Carla ella era solo una niña. La sobrina de la entonces princesa de Asturias perdió a su madre, cuyo cuerpo fue hallado sin vida en un piso de Vicálvaro, el mismo en el que había estado viviendo la periodista que ahora es Reina, antes de su compromiso con don Felipe. Érika se marchó dejando a una hija y a una familia destrozada. Las imágenes de doña Letizia, rota de dolor tras perder a su hermana, sobrecogieron a todo el país. Érika era la tercera hija de Jesús Ortiz y Paloma Rocasolano, la más pequeña de las tres hermanas. Como Letizia y Telma, recibió su educación primaria en el colegio público La Gesta de Oviedo. Alumna tímida pero muy aplicada, se inició en la danza con apenas 4 años porque Paloma, su madre, ejercía de profesora en una academia. Pero si a Telma y Letizia les volvía locas bailar, a ella lo que le gustaba era el baloncesto.
Érika, que estudió Bellas Artes, siempre demostró estar muy interesada en los derechos de las mujeres y demostró una sensibilidad por encima de lo normal. Carla es así. Por ejemplo, cuando ocurrió el escándalo del máster y los vídeos del robo de cremas que acabaron con la dimisión de Cristina Cifuentes, Carla escribió este tuit a favor de la que fuera presidenta de la Comunidad de Madrid.
Su madre era también una persona muy sensible y fue la que peor llevó el divorcio de sus padres, a pesar de que ya tenía 24 años cuando Jesús y Paloma rompieron.
Érika estaba en la facultad terminando la carrera de Bellas Artes cuando conoció al que sería el padre de Carla, Antonio Vigo. Se fue a vivir con él después de un tiempo y se quedó embarazada de Carla, que nació prematura.
Érika y Antonio trataron de montar un hotel rural en Asturias que fue un fracaso. Su precaria situación económica les obligó a vivir en casa de Paloma: Érika aceptó un trabajo de vendedora de libros y el padre de Carla Vigo entró a formar parte del servicio municipal de limpieza. En esta situación se encontraban cuando se anunció el compromiso matrimonial de Letizia con el entonces príncipe de Asturias. Su vida, hasta entonces anónima, dio un vuelco brutal.
El amor y la ilusión de tener a su hija Carla les había hecho muy felices, pero eso cambió cuando a Vigo le surgió un trabajo en Uruguay. Érika se quedó en España con su hija y la distancia precipitó el fin de su relación.
Tras su ruptura con Antonio Vigo, una mano amiga logró meter a Érika en Globomedia, la productora de Emilio Aragón. Allí ejerció como directora de arte y conoció a Roberto García, iluminador. Personas que compartieron aquellos días de trabajo con Érika aseguran que mostraba "síntomas de depresión" y "cierta inestabilidad" a pesar de estar saliendo con Roberto, con el que planeaba irse a vivir.
Carla Vigo Ortiz celebró sus 18 años a primeros de octubre. La hija del escultor Antonio Vigo y de Érika Ortiz sueña con ser bailarina, según anuncia en su cuenta de Twitter. Se define ella misma como "actriz y bailarina en proceso" en las redes sociales. Vive en Aranjuez (Madrid) con su padre escultor, que rehízo su vida y tiene otros dos hijos pequeños.
En Twitter, Carla manifiesta que está en contra de la caza y es una enérgica defensora de la causa LGTBI. Desde su cuenta recuerda con cariño y pasión a su madre: "El 16 de abril de 1976 nació la persona más importante para mí, aunque el 7 de febrero de 2007 dejó este mundo para pasar a mejor vida. Estés donde estés siempre te querré y felicidades mamá", escribía. Sin duda alguna, Érika estaría orgullosa de su hija.