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Miguel Boyer: así se ha repartido su polémica herencia cuatro años después de su muerte
Informalia
Cuatro años después de su fallecimiento por un tromboembolismo pulmonar a los 75 años, finaliza la guerra entre los herederos del ex ministro socialista. Las piezas más conflictivas del reparto eran los más de 6.000 volúmenes de su librería particular,tres coches y algunas importantes obras de arte, tanto pinturas como esculturas.
Finalmente, la viuda del Miguel Boyer, Isabel Preysler, y los tres hijos del finado, Miguel, Laura y Ana, han llegado a un acuerdo en el reparto de la herencia que les ha mantenido enfrentados durante estos cuatro años. El encargado de solucionarlo todo ha sido el albacea y hermano de Boyer, Christian, que ha sido meticuloso para evitar represalias: "El notario ha firmado todo, se ha hecho el reparto, el contador-albacea ya se ha olvidado del tema, porque ha pasado un mal rato el pobre...", ha dicho la abogada Purificación Pujol a El Español. "Está todo solucionado. No tengo constancia de que exista ninguna demanda, ninguna reclamación. Nada. La herencia está absolutamente cerrada".
El que fuera ministro estrella de la era González apenas dejó líquido a percibir, ya que los cuidados diarios que requería tras sufrir una embolia se llevaron buena parte de los mismos, algo que sus dos hijos mayores, fruto de su matrimonio con la ginecóloga Elena Arnedo, no veían del todo claro. El propio albacea lo corroboró: "No había dinero en su cuenta corriente, Isabel tuvo que hacer varios ingresos durante sus meses de convalecencia, que supuso unos gastos enormes", dijo hace unos meses.
La librería particular de Boyer fue una de las cosas más complicadas a repartir: "Lo más complicado de tasar es la biblioteca ya que hay miles de ejemplares y se tiene que hacer un estudio individual puesto que puede haber libros que apenas valgan un euro en el mercado de segunda mano y otros cien o quinientos. Hay muchos libros de matemáticas, de óptica y de viajes que eran las pasiones que tenía", explicó su hermano. Todo apunta a que, finalmente, los herederos habrían decidido repartirse (como recuerdo o para su posterior venta) los más caros y donar el resto a organizaciones culturales.
Además, Boyer dejó tres coches, "uno para cada hijo", según contó su hermano, y algunas obras de arte: una una escultura de Mariano Benlliure que representa a Amós Salvador Rodrigáñez, ministro durante la regencia de María Cristina y el reinado de Alfonso XIII, habría ido a parar a Laura; mientras que un cuadro de Fernando Álvarez de Sotomayor que representa a la madre de Boyer habría sido para Ana, según Libertad Digital.