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Eugenia Martínez de Irujo ha pagado la fiesta de su hija: Fran Rivera, ni un euro
Martín Alegre
En la finca La Pizana, a media hora de Sevilla, tuvo lugar la gran fiesta de la nieta favorita de la duquesa de Alba, que celebraba su mayoría de edad con un año de retraso. La cena para los 300 invitados estaba organizada en el jardín. No es muy habitual que jarree en la capital andaluza a estas alturas de septiembre, cuando el verano aún suele asfixiar a los vecinos de Hispalis.
Por eso no había una carpa prevista y cuando el viernes, a las ocho y media de la tarde empezó a diluviar (y no paró en mucho rato), los invitados no tuvieron más remedios que repartirse por los salones y acabaron cenando donde pudieron. Pero nada desanimó a los jóvenes invitados que eran mayoría, entre ellos Alba Díaz, la hija de Vicky Martín Berrocal y Manuel Díaz, El Cordobés, porque llevaban la fiesta dentro. Felipe y Victoria de Marichalar llegaron de Sevilla en el autobús que transportó a la mayoría de los amigos de Tana.
De largo ellas, de smoking los chicos. Tana lució un espectacular vestido rojo de Lorenzo Caprile, regalo de su madre, que pagó la fiesta. Francisco Rivera dedicó unas emotivas y cariñosas palabras a su hija del alma, pero no contribuyó con un solo euro a la costosa celebración.
Acompañado de Lourdes Montes, ella con un traje de seda rosa palo, Francisco saludó con toda normalidad a Eugenia y a su novio, Narcís Rebollo. La buena educación y la cordialidad impidió cualquier tensión entre Eugenia y su ex marido en un día tan importante para su hija. Francisco fue acompañado también de sus hermanos Kiko y Cayetano Rivera quuienes, a juzgar por las fotos publicadas en las redes sociales, lo pasaron en grande.
Cayetano Martínez de Irujo llevó a sus hijos Amina y Luis, que pronto celebrarán también su mayoría de edad. Y otro tío de Tana, Alfonso Fitz James-Stuart, el segundo hijo de la duquesa, fue acompañado de su hijo Javier, casado con Inés Domecq, una de las mujeres con más estilo del momento. Carlos, el actual duque de Alba, fue solo aunque no quiso faltar a la fiesta de su sobrina. En cambio, fue notable la ausencia de Jacobo y su esposa Inka Martí, el hijo intelectual de la duquesa, muy distanciado de la familia desde la muerte de su madre.
Hubo música para todas las edades y mucho flamenquito. Tana vivió su gran noche junto a su flamante novio Curro Soriano, el campeón de paddle del que no separa desde este verano. Ahora los Alba volverán a reunirse el 6 de octubre en el palacio de Liria, para la boda del duque de Huéscar, Fernando, con Sofía Palazuelo. Una boda que reunirá a la toda aristocracia, empresarios y a las altas finanzas del país.