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Miquel Iceta, el político gay sin pelos en la lengua


    Informalia

    A sus 57 años se ha convertido en uno de los políticos más simpáticos y carismáticos del Parlament Catalán, aunque a él mismo le costó verse en el cargo: "Bajito, gordito, calvito y gay, no me veía en el cargo". Secretario del PSOE, fue uno de los primeros políticos españoles en declarar abiertamente su homosexualidad y desde entonces habla de ella sin tapujos.

    Este miércoles, sentado cómodamente en el sofá de un piso de lujo alquilado para la ocasión, le ha confesado a Bertín Osborne que está "blindado ante los insultos" y que "me llaman maricón por la calle y contesto: 'Sí, a todas horas". Además, Miquel Iceta ha desvelado que fue "religioso hasta los 17 años. Después, cómo me tenía que confesar y tenía que confesar que tenía relaciones con chicos, se me hizo muy incómodo", por lo que decidió alejarse de la Fe Cristiana.

    Iceta se sinceró con Bertín pero no fue la primera vez (ni será la última) que habla abiertamente de su condición sexual y la defiende con naturalidad. Hace ya un mes le confesó a Pablo Motos que "cuando lo hice público fue un bombazo incluso para mi familia".

    También pasó por el Sálvame Deluxe, donde se lanzó: "Los armarios hay que quemarlos aunque tal y como están las cosas dan ganas de volver a meterse en ellos". Confesó, además, que era un asiduo a la fiesta del Orgullo Gay y que había desfilado en ella subido a una carroza en más de una ocasión: "Ahora no lo haría tanto, entre otras cosas porque ponen a unas personas que perdería…", dijo con sorna.

    Confesó, además, ser un gran admirador de Rocío Jurado (su canción favorita es Como una ola), de haber visto 100 veces El Guardaespaldas y de haber colgado en su habitación adolescente los poster de Elton John porque "era un mito gay". Se ha confesado "fiel, aunque no al método tradicional" y se le van las caderas tras unos buenos acordes musicales: "Que me quiten lo bailao".