Actualidad
Cuqui Fierro cierra su palacete madrileño del barrio de Salamanca
- Organizó las mejores fiestas de la capital
Informalia
Con el cierre del palacete de Cuqui Fierro en la Plaza del Marqués de Salamanca, se acaba la etapa dorada de las mejores fiestas de Madrid. Cuqui ha sido siempre la sociality por excelencia, la mejor y más generosa de las anfitrionas, una señora diferente, exuberante en su forma de vestir, por sus joyas, su aire a lo Mae West, sus amigos de toda condición, a los que ha reunido siempre en su casa o en su yate lleno de gente joven y divertida con el que navegó muchos veranos por las costas de Ibiza.
Cuqui es apreciada por su amistad incondicional hacia su gente, por su filantropía, por su generosidad hacia artistas necesitados, por sus obras de caridad. Pero el tiempo pasa y Cuqui tenía ciertas dificultades para moverse después de alguna caída doméstica y además el palacio, que necesita un mantenimiento constante, se le había quedado grande a la muerte de su marido y dos de sus hijos.
Su optimismo y vitalidad ya no son los mismos y se ha trasladado a un espléndido piso de 600 metros muy cerca de la mansión familiar y situado también en pleno barrio de Salamanca, donde está mucho más cómoda. Muchas de las obras de arte y colecciones que atesoraba la mansión decoran ya su nueva residencia pero otras que no caben en el nuevo piso serán subastadas en Londres o en París.
Cuqui seguirá recibiendo en su actual residencia pero nada será lo mismo. Atrás quedan aquellas irrepetibles fiestas de cumpleaños para 200 amigos, desde Encarnita Polo a toreros, aristócratas y hasta oficiales de la Guardia Civil, un cuerpo al que Cuqui tiene enorme simpatía. Y todos atendidos por unas 40 personas de servicio, pendientes de los más mínimos detalles de espectaculares caterings.
O las celebraciones de Nochevieja más concurridas de Madrid. Y esos aperitivos de los domingos en torno a la piscina exterior y el jardín, después de que los invitados asistieran a misa de 1 en la capilla privada del palacete, para acabar con un almuerzo y sobremesa interminables. Todos los que han disfrutado de su extraordinaria hospitalidad conservan en su memoria las fiestas de Cuqui Fierro.
Desde la joven Isabel Preysler, que buscaba un hueco en la sociedad de Madrid, a su llegada de Filipinas, a Tita Cervera, cuando todavía no soñaba con ser baronesa Thyssen. El rey don Juan Carlos, amigo de su padre (el banquero Fierro) también pasó por sus salones. Y sus íntimas amigas Pitita Ridruejo y Aline Romanones.
La duquesa de Franco y sus hijos Jaime y Carmen Martínez Bordiú (ellas, en la imagen de arriba junto a Cuqui) han sido habituales de las veladas de Cuqui, así como Luis Miguel Rodríguez, el magnate de la chatarra y acompañante habitual de la nieta de Franco.
El campeón de natación David Meca es desde hace años uno de los mejores amigos de esta mujer fuera de lo común, que pone fin a una etapa de su vida social pero abre otras puertas para sus mejores amigos.
Guillermo Echevarría, Cuqui, Encarnita Polo y Jaime Franco, en el palacete.