El director del 'Mercadona' italiano deja 75 millones de herencia a su secretaria
Informalia
Bernardo Caprotti es el fundador de los supermercados Esselunga. Tras fallecer a sus 91 años el pasado 30 de septiembre, le dejó toda su herencia a Germana Chiodi, una señora de 67 años que llevaba trabajando para Caprotti desde su adolescencia y que ahora ha recogido todos sus frutos en forma de cheque. Además, también se ha quedado con dos de sus multimillonarias obras de arte. En cambio, los hijos del empresario no han salido tan bien parados en el reparto.
Esta situación se debe a la mala relación que había mantenido Caprotti con sus tres vástagos. En 1998 cedió la dirección de la compañía a uno de ellos, Giuseppe, y las discrepancias entre ambos llevaron a su padre a abandonar el consejo de administración. Más tarde, volvería y terminaría expulsando a su hijo de su puesto.
Ahora ha dejado el 70% de su grupo a su segunda esposa y su hija, y el 30% restante a los dos hijos de su primer matrimonio, entre los que se encuentra Giuseppe. Además, a su muerte, dejó escrito algo muy curioso: que en caso de que la familia se viera obligada a vender los supermercados a otra cadena, no quería que fuera a Mercadona.
Esselunga cuenta con 152 supermercados que facturan alrededor de 7.200 millones de euros al año. Fue en su nacimiento cuando Germana, la secretaria, estuvo presente. Tal y como afirman sus compañeros, "fue una histórica colaboradora del propietario, con influencia en la selección de otros directivos. Defendió a Bernardo frente a todos, incluso cuando éste tuvo muchos problemas con sus hijos".