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Esteladas: los famosos se mojan a favor de la libertad de expresión

  • De Nadal a Guardiola, de Piqué a Clemente

Informalia

La final de la Copa del Rey de fútbol ha vuelto a poner sobre la mesa un cóctel explosivo. Ha vuelto a mezclar política, deporte y personas... Ante la polémica de las esteladas, hemos querido recabar la opinión de caras conocidas sobre el tema. De Guadiola a Nadal, hay opiniones y matices pero pocos (solo Tebas) están de acuerdo con la represión de la libertad.

Han corrido ríos de tinta y se ha sembrado polémica en todas partes. Lo cierto es que la presencia del FC Barcelona en el último partido de la disputa del título de esta competición ha traído en los últimos años no pocos conflictos como consecuencia de las reivindicaciones independentistas catalanas. Hasta ahora, la atención estaba centrada en la pitada al himno nacional; hubo una reciente edición en la que incluso se llegaron a repartir silbatos entre los seguidores barcelonistas para hacer más sonora la protesta.

En esta ocasión, la medida que encendió la mecha de la polémica fue la prohibición de entrar en el estadio Vicente Calderón con la estelada, estrellada si se quiere traducir la palabra al castellano, es decir, la bandera independentista catalana. La Delegación del Gobierno de Madrid tomó esa decisión, pero el juez Jesús Torres, titular del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo 11 de Madrid, se encargó de levantar ese veto que ha puesto en el disparadero a la delegada del Gobierno, Dolores Dancausa.

Pero la polémica ya estaba servida y no solo entre los protagonistas del choque: varios pesos pesados del deporte no directamente relacionados se han pronunciado. Así, el vasco Javier Clemente, ex seleccionador nacional de fútbol, se despachaba contra la clase política y apuntaba en su cuenta de Twitter: "La Final de Copa movida con la bandera. De los políticos no voy a decir nada, lo mío es el fútbol. Vaya ridículo otra vez, son ya un montón".

Otro al que le ha parecido "incomprensible" la decisión fue a Andoni Zubizarreta. El guipuzcoano, ex portero y ex director deportivo del FC Barcelona, confesó que le gustan "las cosas tratadas con normalidad, que es como se deben tratar las cosas". Otro ex barcelonista, Bojan Krkic, ahora jugador del Stoke City inglés, aseguró no ver polémica alguna porque "en ningún momento he visto que bajo esa bandera se genere violencia, todo lo contrario", señaló.

Miguel Ángel Nadal, ex futbolista azulgrana y tío del mejor tenista español de todos los tiempos, centra su opinión en la palabra respeto en todas las direcciones. "Creo en el respeto de las aficiones y considero importante que debe haber un respeto de la afición hacia la competición, en este caso la Copa del Rey, y luego que cada uno exprese, dentro del respeto, su ideología".

Gasol, ejemplo de convivencia

Lo cierto es que en el mundo del deporte y más en concreto entre los deportistas catalanes que suelen representar a España está presente la polémica con el nacionalismo independentista. Los hay que conviven sin problemas sintiéndose más catalanes que ninguno, pero sin ocultar también su sentimiento español. Pau Gasol es el mejor ejemplo de ello. El pívot de Sant Boi -hoy más pendiente de su nuevo amor que de otras cuestiones- celebró sus años en la NBA luciendo la insignia de España y dejó claro que para él fue "un gran honor llevar la bandera" en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Londres. "Mi patria es España, mi barrio, mi colegio, mi infancia", dijo Gasol en otra ocasión.

Otros ejemplos como Pau Gasol, de catalanes españolistas, son su compañero de selección Juan Carlos Navarro, los ex pilotos de F1 Marc Gené y Jaime Alguersuari, el motociclista Dani Pedrosa, el futbolista Sergio Busquets, las nadadoras Mireia Belmonte o Gemma Mengual, la campeona del mundo de kitesurf Gisela Pulido o el taekwondista Joel González. Todos ellos no desaprovechan oportunidad alguna de mostrar su orgulloso por competir con España o de festejar sus triunfos con la bandera rojigualda. Esto no significa que estén a favor de prohibir 'por decreto' banderas separatistas pero completamente legales.

Guardiola, el líder

El líder mediático del separatismo entre deportistas del máximo nivel tal vez sea Pep Guardiola, quien no dudó en su día en dar su "voto para la independencia" desde Múnich y no oculta que jugó con España solo porque le convocaban, aunque tampoco descarta ser seleccionador español en el futuro. Otros ejemplos de los proindependentistas, portadores de la estelada en cuanto la ocasión se les presenta, son el piloto de motociclismo Tito Rabat, las nadadoras Ona Carbonell y Erika Villaécija, el jugador de hockey Álex Fabregas, el jugador de baloncesto Roger Grimau, las leyendas de este deporte Jordi Villacampa o Rafa Jofresa, el ex balonmanista Enric Masip o el ex futbolista Joan Capdevila. Incluso la ex seleccionadora de natación sincronizada Anna Tarrés.

Pero el caso más llamativo en este aspecto es la jugadora de baloncesto Helena Boada. Casada con el ex jugador esloveno del Barça de baloncesto Jaka Lakovic, prefiere jugar con Eslovenia. "Como no me dejan jugar con Cataluña, prefiero hacerlo con ellos", dice.

La libertad de expresión les une

Ahora bien, pocas veces una disposición de este calibre ha puesto tan de acuerdo a tanta gente en la censura a la propia medida. Independentistas o no, la censura a una bandera que no es ilegal ni implica violencia en sí misma no ha gustado a casi nadie.

El argumento es el mismo: entenderla como un ataque a la libertad de expresión. La mayoría de las opiniones de los deportistas vertidas sobre la medida proceden casi en su totalidad del ámbito del fútbol. Y pocas, por no decir ninguna, se han alineado con el veto planteado por Dancausa.

Tebas, la excepción

La excepción fue el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, simpatizante confeso de ideas políticas próximas a la ultraderecha y con pasado incluso ligado a Fuerza Nueva (Fuerza Joven), que decía respetar la decisión. "En Barcelona, las competencias de seguridad están cedidas, pero aquí no lo están", matizaba para recordar después lo siguiente: "Está prohibida la exhibición en los recintos deportivos, en sus aledaños o en los medios de transporte organizados para acudir a los mismos de pancartas, símbolos, emblemas o leyendas que, por su contenido o por las circunstancias en las que se exhiban o utilicen de alguna forma inciten, fomenten o ayuden a la realización de comportamientos violentos o terroristas, o constituyan un acto de manifiesto desprecio a las personas participantes en el espectáculo deportivo. Siempre he pensado que es sancionable, no sé si en el ámbito administrativo o en el penal". No faltaron voces, en este sentido, que clamaran por más celo en cuidar las muy habituales expresiones machistas o racistas en los campos, prohibidas por ley pero no tan perseguidas ni reprimidas: o la laxitud con que se permite competir a jugadores procesados por maltrato, o condenados por conducción temeraria, con el mal ejemplo que ello implica especialmente para la juventud, tal reflejada en sus ídolos.

En el otro lado, resultaba raro que un personaje tan activo como controvertido a través de las redes sociales, Gerard Piqué, no opinara del asunto. Tuvo que ser la portada de un periódico la que precisamente picara a la pareja de Shakira. La primera página del ABC provocó el estallido del futbolista catalán en la víspera de la final; hasta aquí, había permanecido callado. "Un periódico siempre debería estar a favor de la libertad de expresión. PD: El escudo del Sevilla no es correcto", fue el tuit de Piqué ante una primera páhgina del diario cuyo titular era "Las esteladas ganan la Copa del deporte", ilustrado con la estelada como escudo del FC Barcelona al lado del trofeo y del escudo del Sevilla, rival de los azulgrana en la final.

Luis Enrique

"Sorprender en este país me sorprenden muy pocas cosas", decía el asturiano Luis Enrique Martínez, entrenador del FC Barcelona. "Se ha llegado a la lógica más aplastante, hay que respetar la libertad de expresión de todas las personas. No me gusta mezclar política con fútbol, creo que no le interesan a nadie mis ideas. El Barça es más que un club por la idea futbolística, por los temas relacionados con el deporte. A partir de ahí deberíamos pedirnos todos respeto. Es más que un club más allá de la identidad de entidad, porque hay aficionados asturianos, catalanes, chinos... Hay que respetar todas las ideologías y posiciones. Y los que no, peor para ellos", añadió el técnico.

El manchego Iniesta, por su parte, se guardó la opinión sobre el tema "para que no se malinterprete ni en Barcelona ni en Madrid", pero dijo también que "desafortunadamente, en los últimos tiempos, en los días previos se habla mucho de todas esas cosas".

En el rival, otro que prefería no manifestarse era José Castro, presidente del Sevilla CF. "No me preocupa el tema para nada", decía. "Tengo muchas cosas en el Sevilla como para preocuparme de esto".

La Arbonaida

Curiosamente, entre la hinchada sevillista, en concreto en una facción del grupo radical los Biris, el denominado Gate 22, de ideología de izquierdas, se insinuó la posibilidad de acudir a la final con la Arbonaida, la bandera del nacionalismo andaluz, también estelada. De hecho, la bandera de la estrella roja andaluza es habitual verla en las gradas del estadio Sánchez Pizjuán. Antes de lanzar la idea de exhibir ese símbolo, desde ese grupo señalaron que tanto la estelada catalana como otras banderas nacionalistas son "expresiones de libertad de los pueblos".

Paralelamente a la amenaza de este grupo de aficionados sevillistas y antes de que fuese levantado el veto a la estelada por parte del juez, del lado barcelonista se anunciaba el reparto entre los seguidores azulgranas de 10.000 banderas de Escocia para acceder al estadio. Iban a sustituir a las esteladas en la reivindicación.