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Susan Sarandon: porno y Louise

  • Quiere dirigir películas para adultos

Informalia

Es una de las grandes la de la Historia del Cine y lo de menos es que ganara un Oscar por Pena de Muerte hace 21 años dirigida por su ex, Tim Robbins, y junto a Sean Penn. Fue Louise en la carretera con Thelma y también la novia ignorada de Jack Lemmon, en la comedia de Billy Wilder que mejor retrata el periodismo. Pero ahora que se planta en Cannes para presumir de escote y hablar de porno, ¿cómo olvidarla lavando sus pechos con limón junto a la ventana en Atlantic City, sólo para los ojos de Burt Lancaster?

Susan Sarandon era ya una espléndida actriz de 33 años cuando rodó junto a un monstruo llamado Burt Lancaster Atlantic City, la película de Louis Malle que erotizó el Festival de Venecia y a todo el planeta aquel año que bautizaba la década de las hombreras. El autor de El Nombre de la Rosa, Umberto Eco, fallecido este mes de febrero, fue aquel 1980 miembro del jurado del certamen cinematográfico más antiguo del mundo, y quedó tan impresionado por la sensualidad de la neoyorquina que arrastró a todos sus compañeros para que otorgaran a la película el Leon de Oro. Y eso que competían con ella entre otras Gloria, de John Cassavetes, El Factor Humano, de Otto Preminger, Melvin and Howard, de Jonathan Demme o Phobia, de John Huston. Pero hubo algo que batió sin remisión a todos estos consagrados cineastas: la escena en la que Susan Sarandon, que estaba recién divorciada de su primer marido (el que le dio el apellido por el que la conocemos), se lavaba los pechos con limón junto a la ventana, para regocijo del gángster Burt Lancaster, convertido en un voyeur tocado por la lujuria. 

Susan Sarandon ya prometía entonces algo más que una carrera brillante. Había trabajado en la obra maestra de la comedia, Primera Plana (1974), con Jack Lemmon y Walter Matthau, a las órdenes de un señor llamado Billy Wilder o en el musical The Rocky Horror Picture Show (1975, Jim Sharman), pero pocos imaginaban que una diosa del erotismo se escondía en esa mujer que en el futuro sería bruja de Eastwick (George Miller, 1987) o la rebelde Louise de Thelma y Louise (Ridley Scott, 1991).

Susan Sarandon cumple 70 preciosos años en octubre (los mismos que le caen este 20 de mayo a su compañera bruja Cher) y continúa haciendo bromas con su erotismo divertido y con sus famosas tetas en festivales y pasarelas: sus escotes se han convertido en trending topic y la mismísima Kate Winslet ha querido compartir selfi con los senos de Sarandon como compañeros.

En este Festival de Cannes, donde ha acudido para celebrar junto a Geena Davis el 25 aniversario de la road movie de Ridley Scott, ha declarado que su próxima etapa en el cine está en el porno. Después del consabido lucimiento de escote, de arremeter contra Woody Allen "por abusar de una niña" y de despotricar contra Donald Trump, la activista demócrata y ex de Tim Robbins, se plantó ante los periodista, que la amamos, y dijo bastante seria: "I'm thinking of directing porn". Está pensando en dirigir porno.

Con esta confesión desaparecen de golpe sus escotes del siglo XXI, su valiente interpretación de Louise y sus exabruptos contra el presunto vioador judío y genial director o contra el presunto candidato republicano a causar el fin de la Tierra. Con esta confesión revive el mismísimo Burt Lascaster, el viejo gángster (él tenía entonces 63 castañas) que observaba a la treintañera Susan lavando sus pechos con limón.

Y todo porque a sus 69 años, cuando la actriz ya podría pensar en jubilarse, dice que a los 80 dirigirá porno. Y lo explica: afirma que bajo el punto de vista de una mujer puede hacer maravillas, aunque confiesa que no ha visto tanto porno como para pensar en cómo mejorarlo. "La mayor parte de la pornografía es brutal y no resulta placentera para nosotras", declaraba a The Times. Esperamos vivir lo suficiente para ver de lo que es capaz esta dama irrepetible.