Felipe Varela: la reina soy yo
- El diseñador de Letizia exhibe su arrogancia
Martín Alegre
El modisto de Letizia cree que la Reina es él. Con un retraso inaudito de 40 minutos, encerrado en el vestuario de sus modelos, rodeado de un misterio insultante para alguien que viene a vender sus diseños, despreciando a sus compañeros y a la prensa, dio la impresión de que ser el modisto de Zarzuela le ha envenenado de vanidad y arrogancia. Su colección, no obstante, estuvo a la altura de la mejor pasarela internacional, muy alejada por cierto del estilo que exhibe la mujer de Felipe VI, gracias a la cual, este diseñador despierta expectación.
La foto que acompaña esta información fue tomada este lunes a las cinco de la tarde en el llamado "Kissing Room" de la MFWM (Mercedes Fashion Week Madrid), Pasarela Cibeles para entendernos. Es la sala donde después de cada desfile se dan cita el diseñador que acaba de presentar su colección, sus invitados y la prensa acreditada.
Es el lugar donde los modistas posan en el photocall institucional, hacen declaraciones y reciben las felicitaciones correspondientes. Normalmente hay música, mucha gente, ambiente festivo y copas de diseño. Bombay Sapphire patrocina el "Kissing Room" de esta edición y expertos en coctelería ofrecen originales combinados a base de esta reputada ginebra.
Sin embargo los tres personajes de esta imagen están solos en la sala. En la foto aparecen Cuca Solana, directora de la pasarela madrileña, el diseñador Felipe Varela y Jacob Varela, consejero delegado de la firma de moda. Ni música, ni cócteles; tampoco hay invitados ni periodistas. Sólo el fotógrafo oficial de Ifema fue testigo y autor de esta fotografía tomada con nocturnidad (a pesar de ser las cinco de la tarde) y cierta alevosía.
Esto es sólo la muestra gráfica del singular paso de Felipe Varela por Cibeles, adonde ha vuelto después de 14 años de ausencia y 12 años después de convertirse en el modisto de cabecera de la reina Letizia.
El regreso de Varela, afincado en París, alejado totalmente de la prensa y con pedigrí de modisto real, despertó mucha expectación. Pero todo fue inesperado y sorprendente. Y aunque muchos deseaban o imaginaban que podrían asistir al desfile doña Letizia o su madre, la mayor parte de los invitados entendió que la presencia de la Reina habría desairado al resto de los diseñadores españoles adscritos a Cibeles, que suelen lamentar que sea Varela el único que vista a Letizia.
El desfile empezó con 40 minutos de retraso, algo insólito en Cibeles, cuya puntualidad es casi británica. Y eso fue sólo el principio de una sucesión de sorpresas inexplicables.
Varela se encerró en el vestuario con las modelos y apostó en la puerta una guardia pretoriana para que nadie entrara, le viera o hablara con él, cosa normal en el resto de los desfiles. Cuando finalizó la pasarela, su saludo final fue una aparición de apenas unos segundos, gafas de sol, apenas un gesto. Y no regresó al vestuario. Se puso una gorra, las gafas oscuras y así abandonó el recinto.
En ese momento, la dirección de Ifema envió un correo a los periodistas, anunciando que se suspendía la cita habitual en el "Kissing Room", al mismo tiempo que enviaban la fotografía cuatro horas antes que ilustra esta pieza.
¿A Felipe Varela se le ha subido Zarzuela a la cabeza? ¿Por qué no apareció en la foto de familia, previa a Cibeles, donde posaron todos los diseñadores, excepto él? Su regreso a Cibeles ha trasmitido arrogancia, vanidad, desprecio a sus compañeros de profesión, desprecio a la prensa y también a las clientas que abarrotaban la sala, donde no había las caras conocidas habituales en otros desfiles.
Felipe Varela presentó en Cibeles una colección de alto nivel, digna de la mejor pasarela internacional. Factura impecable, texturas nobles junto a materiales tecnológicos, sexy y moderna. Pero ni uno solo de los modelos que Informalia vio tenía nada que ver con el estilo con el que viste a la Reina. Al menos, a la Letizia que vemos cara al público.