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Irene Rosales se despacha a gusto con su suegra, Isabel Pantoja: "No llama nunca a sus nietas"


    Martín Alegre

    Para su boda con Kiko Rivera en 2016, Irene Rosales lució un modelo de Pronovias y desde entonces, tiene una relación especial y muy cercana con la firma de moda catalana. Por eso asiste cada año en Barcelona, al gran desfile de la casa con el que se cierra la pasarela nupcial en la Ciudad Condal.

    Irene va a Barcelona invitada al viaje y al hotel, pero no cobra ni un euro por su presencia en el photocall, donde habla con amabilidad y sin ninguna limitación con la prensa. "Gracias por sacarme de casa, estoy encantada de estar aquí", les dijo a los organizadores del desfile y la fiesta posterior, donde lució un modelo de Pronovias color fucsia: "Me va muy bien con el moreno que he cogido en Punta Cana estos días de vacaciones", dijo.

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    Este viaje a Cataluña le ha venido muy bien a Irene, retirada voluntariamente a sus 30 años en su casa familiar de Castilleja de la Cuesta, donde vive dedicada sus hijas Ana y Carlota, "muy tranquila, lo necesitaba", comentó a Informalia. "No quiero volver a televisión por el momento. No estoy preparada psicológicamente para soportar la presión de los platós. Y es que si vas allí, ya sabes lo que te van a preguntar, problemas familiares, líos, infidelidades. No puedo pasarme la vida en esa tensión. Estoy muy centrada en mis hijas y sigo muy activa en mis redes sociales y mi nuevo proyecto, la tienda de bolsos que se venderán on line y que estoy a punto de crear mi página web".

    Sobre la situación de Isabel Pantoja, con la finca Cantora, amenazada de embargo para satisfacer las deudas de la tonadillera, la nuera de la artista no se muerde la lengua: "No deseo el sufrimiento de nadie, pero ya sabéis que la relación con ella es nula tanto de mi marido como con las niñas y a mí me pasa igual, ni hablo con ella ni sé nada". A nuestra pregunta de si Isabel llamaba alguna vez a sus nietas, a las que adoraba, Irene lanzó un pequeño dardo a la madre de su marido: "No las llama nunca y no es porque sean muy pequeñas. Las niñas hablan mucho, y no solo la mayor, la pequeña también, pero ésa es la situación", nos dijo.

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    Isabel Pantoja ha negociado la pasada semana un trato de última hora con la Agencia Tributaria, cuando estaba a punto de que Hacienda le embargara la finca Cantora, donde reside con su hermano Agustín. Aunque la gira que la llevará a actuar en América Latina puede sacarla de la penosa situación económica por la que atraviesa, no ha sido suficiente para satisfacer la totalidad su deuda, aunque parece que el trato de pagar de forma fraccionada el millón y medio de euros que adeuda le da un pequeño respiro.