Emmanuel Macron sin Brigitte no sería presidente: Primera Dama, amante, maestra y también asesora
Sara Tejada
¿Puede haber algo más romántico que un paseo por una playa desierta? Emmanuel Macron lo hizo el sábado con su esposa Brigitte en Le Touquet, en el norte de Francia, un día antes de ganar las elecciones presidenciales contra Marine Le Pen. Macron seguirá en el Elíseo gracias también al apoyo de su maestra, la mujer que le robó el corazón y que sigue asesorándole en sus decisiones, aconsejándole y guiándole.
No es tan difícil saber si Macron es de derechas o de izquierdas. Se ha dicho que el partido socialista galo se ha hundido pero no debemos olvidarnos de que el ganador de las presidenciales fue ministro del socialista Hollande. Sí, Macron puede tener mucho de socialdemócrata disfrazado de liberal: no hay país cuyo sector público maneje un 60% de su Producto Interior Bruto (2,6 billones de dólares) para sostener el bienestar y no parece que Macron vaya a cambiar mucho esas cifras en los próximos cinco años, aunque ha dicho que va a "calmar la ira" del voto enfadado, de esa mitad de la población que apostó por Le Pen, cuya victoria hubiera supuesto no sabemos si una amenaza contra la democracia pero sí el cataclismo económico, el terremoto inasumible de una Europa en guerra.
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En la imagen distribuida en la víspera de las elecciones, Brigitte y su marido parecían sacados de aquella historia protagonizada por Jean-Louis Trintignant y Anouk Aimée, con música memorable de Francis Lai, Un hombre y una mujer (Un homme et une femme). Cuando Claude Lelouch dirigió la cinta en 1966, ella tenía 13 años y aún faltaban 12 para que Macron llegara al mundo.
El empollón que se ligó a la maestra
Aquel empollón llamado Macron (Amiens, 21-12-1977), fue contratado con apenas 30 años (y recién casado) por la Banque Rothschild. La profesora Brigitte (Amiens 13-4-1953) dirigía el grupo de teatro en el liceo donde había estudiado su brillante y atractivo alumno. Se amaban como mínimo desde que él tenía 17 años (ella, 42) lo que obligó a la maestra, casada y con tres hijos, a cambiar de instituto y a los padres del chico a mandarle a estudiar fuera.
Socialdemócrata
Con esos antecedentes, no casaba que el alumno y la profesora se arrimaran a la Francia más conservadora. Militante del Partido Socialista (2006-2009), Macron trabajó con todas sus fuerzas para llevar a François Hollande a la presidencia hace solo diez años, en 2012. El nuevo presidente se lo agradeció nombrándole secretario general adjunto y en 2014, ministro de Finanzas del gobierno cuyo primer ministro era Manuel Valls. Después de autocalificarse en público como "socialista", dimitió en 2016 para ser candidato a la presidencia con sus propias siglas, EM, o sea, Emmanuel Macron: En Marcha. Sencillamente, vio venir la debacle del socialismo, aplicó el marketing y le funcionó. ¿Quién le había instruido?
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Ganó y en su primer gobierno no le tembló la mano a la hora de imponer ministros socialistas en puestos tan vertebradores como Interior y Exteriores. Para poder decir que le ponía una vela a Dios y otra al Diablo, nombró al conservador Édouard Philippe primer ministro y le dio las riendas de la Economía a Bruno Le Maire, otro conservador de probada eficacia. El primero contaba además con la simpatía de Brigitte Macron, por cierto.
Macron y sus ministros liberales suprimieron el Impuesto sobre la Fortuna (nuestro impuesto sobre el Patrimonio), guerrearon contra los chalecos amarillos y recompusieron con mayor o menos fortuna los estragos que el Covid causó en distintos sectores, lo cual descontroló el descomunal déficit tanto o más que Pedro Sánchez en España con un Ejecutivo de coalición social-comunista.
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Pero, a diferencia del presidente español, al mismo tiempo, Macron baja impuestos por valor de 50.000 millones, en cinco años. Ha reducido el paro (mejor dato en tres lustros). Eso sí, le quedan muchos deberes por hacer, y eso que tenía fama de buen estudiante: no se atrevió a abordar la reforma de la jubilación en plena pandemia y tampoco ha iniciado cambios institucionales que había garantizado.
O sea, un ex socialista que aplica políticas de derecha moderada (no ultraliberal), cuyo grupo en Europa se acerca a Ciudadanos (están en la misma formación), amigo de Nicolas Sarkozy, enemigo de su anterior jefe (Hollande) y, ¡atención! con las 'primeras damas' ayudando porque Carla Bruni y Brigitte Macron son amigas y se llevan de maravilla.
Macron nombró en 2020 primer ministro a Jean Castex (abajo, de cena con la Primer Dama), secretario general del Elíseo con Sarkozy, y a Gérald Darmanin, ministro de Interior, que fue portavoz del marido de Carla Bruni. Darmanin fue nombrado a pesar de haber sido acusado de acoso sexual por una mujer cuyas denuncias fueron desestimadas. En el libro Todo quedará en familia (ediciones Fayard, 2019), el periodista Ludovic Vigogne relata las muy buenas relaciones existentes entre Gérald Darmanin y Nicolas Sarkozy. Asegura que el Ministro del Interior se lleva muy bien con la esposa del Presidente de la República, Brigitte Macron. Lo demuestra una divertida anécdota contada por el autor y que data de hace unos años, cuando Gérald Darmanin estaba en Bercy y ocupaba el apartamento que antes ocupaba Macron. "Gérald, invítanos, te traerá recuerdos", le dijo la Primera Dama a Gérald Darmanin, aludiendo a la nostalgia por parte de la Primera Dama por visitar la residencia de su marido, entonces ocupada por Darmanin. Allí debieron vivir pasiones de juventud Brigitte y su actual marido.
Dicen que el marido de Carla Bruni mantiene una enorme influencia sobre Macron, que invitó a comer a Sarkozy el día de su cumpleaños (28 de enero). Aunque el líder de la derecha no cuenta en política activa por sus problemas con la Justicia, sabe mover sus hilos: ha anunciado que votará por Macron pero pretende imponerle a Christinne Lagarde como primera ministra. No olvidemos que la actual directora del Banco Central Europeo fue ministra de Sarkozy y hace solo unas semanas Macron la condecoró con la Orden del Mérito. Solo hay un problema: Lagarde, esa mujer de piel siempre bronceada, no le cae bien, según se dice en los mentideros, a Brigitte Macron. Una vez más, esa asesora en la sombre, la profesora de Macron, y a la vez su mujer, o su hermana mayor, puede tener que ver en el futuro de Francia y de Europa.