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¿La producción 'Pachinko' puede potenciar el éxito de las series coreanas en España?


    Cecilia García

    A la chita callando, las plataformas de streaming libran una batalla para completar su catálogo de series coreanas. El penúltimo fenómeno es Pachinko, que emite en nuestro país Apple TV+ con la intención de pisar los talones a Netflix, la pionera en surtir al espectador de este tipo de producciones. La mayoría de ellas son bendecidas por la crítica y los seriéfilos más exigentes.

    ¿Será por su exotismo?, ¿por qué es una epopeya histórica, cultural e intimista sin que exista ningún desequilibrio entre ellas? o ¿quizá por la historia de superación, de esas que apelan a la sensibilidad del espectador más exquisito?

    Pueden ser estos algunos de los factores para que Pachinko esté dando de que hablar. Basada en una novela de Min Jin Lee, se ha sabido adaptar al lenguaje audiovisual sin perder su esencia. La serie es como una clase de la historia de Corea en el siglo XX, lo que la hace aún más atractiva, ya que, a través de la vida de una familia, muestra la Corea colonial, los estragos de La Segunda Guerra Mundial, la ocupación de los estadounidenses de Japón y la guerra de Corea hasta la eclosión del país nipón con su propio Wall Street. Tampoco se pasa por alto que es una narrativa que fija su foco en la inmigración que vivieron muchos coreanos que se trasladaron a Japón.

    A lo largo de 8 episodios, la serie está narrada a través de varias generaciones. Sunja, interpretada por tres actrices, ya abuela, cuenta la historia de su país a su nieto Solomon. Conmueve por su delicadeza, por sus hábiles mezclas de época y por mostrar la resistencia de una familia para lograr una vida mejor. En el reparto está Youn Yuh- Jung, ganadora de un Oscar a la Mejor Actriz Secundaria por Mirani (2020). Un año antes, la cinta coreana Parásitos ganó cuatro estatuillas, entre ellas la de Mejor Película.

    ¿Estamos ante un boom de las películas y series coreanas? Hasta cierto punto. En Netflix, la distopía El juego del calamar se convirtió en una de las ficciones televisivas más vistas del año. Según los datos de la plataforma, obtuvo 142 millones de espectadores en el mundo. IRIS (también en Netflix) fue la que abrió la puerta a esta tendencia hasta tener más de diez en su catálogo. Los países donde primero se interesaron por ellas fueron Japón y China, hasta llegar a Iberoamérica y a Europa.

    Es probable que en España no tengan un masivo seguimiento como las series turcas o latinas. La razón es muy sencilla: mientras que los títulos turcos e iberoamericanos se emiten en abierto a través de canales como Antena 3 y Nova (después Mediaset intentó repetir la jugada sin éxito), aquí hay que suscribirse a las plataformas, la mayoría de ellas con menos audiencias que los canales en abierto.