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Así fueron los últimos años de Luis Roldán, ex director corrupto de la Guardia Civil


    Informalia

    El exdirector general de la Guardia Civil ha fallecido a los 78 años esta madrugada en el hospital San Juan de Dios de Zaragoza, donde permanecía hospitalizado, según el Heraldo de Aragón. Está previsto que sea incinerado este viernes 25 en el Tanatorio de Torrero (Zaragoza).

    Roldán protagonizó una fuga de cine en 1994 y una rocambolesca detención en Tailandia un año después. Fue condenado por malversación de fondos públicos, cohecho, fraude fiscal y estafa.

    Nacido en Zaragoza en 1943, Luis Roldán comenzó su carrera política como militante del PSOE. Fue concejal en el Ayuntamiento de Zaragoza y su primer cargo relevante fue el de delegado del Gobierno en la Comunidad Foral de Navarra. En 1986 fue nombrado director general de la Guardia Civil, donde protagonizó una de las épocas más convulsas del Cuerpo por el enriquecimiento ilícito y su posterior huida de España. Así fueron sus últimos años.

    El 'caso Roldán' y su fuga a Tailandia

    El llamado 'caso Roldán' estalló en 1993, año en que Diario 16 publicó que el director general de la Guardia Civil tenía una fortuna inmobiliaria: doce pisos y casas por España y una sociedad a su nombre llamada Europe Capital SL. También sumaba propiedades en París y en la isla de San Bartolomé (en El Caribe). Roldán se fugó en abril de 1994. Estuvo diez meses desaparecido. Le localizaron en Laos. Finalmente fue detenido en febrero de 1995 en el aeropuerto de Bangkok (Tailandia).

    Una vez entregado a España, fue condenado por el Tribunal Supremo a 31 años de prisión por apropiarse de 9,6 millones de euros de la institución armada a través del saqueo de los fondos reservados. Además, fue condenado por cohecho, falsedad en documento mercantil, estafa y delito contra la Hacienda Pública y otra condena de 3 años por el "caso Urralburu". Cumplió 10 años en la prisión de mujeres de Brieva (Avila).

    Trasladado a la cárcel de Zuera (Zaragoza), en 2010 abandonó el centro penitenciario después de haber cumplido la mitad de la condena y sin devolver los millones que robó. "Estoy libre... No puedo irme porque no tengo dinero", fueron sus primeras palabras a la salida.