José Ortega Cano, más preocupado por la salud de su hermana Conchi que por la bronca de su mujer y su hija
J. Moriarty
Conchi Ortega Cano acaba de ser operada de una de sus piernas y se mueve con dificultad ayudada por unas muletas. De momento, su médico le ha recomendado completo reposo, y es su hermano pequeño José quien la visita en su casa y habla a diario con ella por teléfono.
El torero de 68 años es un hombre muy familiar y Conchi siempre fue como una segunda madre. Son uña y carne.
Las malas lenguas aseguran que la peluquera tiene muy poco contacto con su cuñada Ana María Aldón, y eso que su hermano ha intentado por activa y por pasiva que las dos mujeres mantengan una buena relación. Tarea casi imposible. Ellas sabrán lo que les separa. Para desgracia de un hombre que no goza de buena salud, y al que las tensiones familiares le afectan demasiado.
A su edad, José pasa por una etapa de su vida en la que los sobresaltos pesan más de la cuenta. El último, saber que Rocío Carrasco, la hija de su adorada Rocío Jurado, le ha apartado del proyecto del museo que homenajeará a la más grande en Chipiona. Una puñalada trapera, a juicio del entorno del diestro cartaginés que, nos dicen, "no entendemos tanta maldad". En la foto inferior, Carrasco, en el homenaje a su madre el 8 marzo, en Madrid.
Anoche, Rociito no echó de menos a su familia materna en el concierto homenaje a su madre en Madrid. Al contrario que otros muchos, los Ortega y los Mohedano no recibieron llamadas de la Carrasco para que asistieran al evento. Es más, dijo claramente que el que quisiera ir que comprara la entrada en taquilla.
Lea también - Rocío Carrasco: "Si los Mohedano quieren venir al concierto, que paguen la entrada"
Fueron unas 2.000 personas, quedando sin venderse tres cuartas partes de las entradas. Y Telecinco renunció a emitir el concierto después de la promoción que había hecho. Ahora tendrán que emitirlo en diferido, sin la emoción del directo y fuera ya del 8-M, cuando se trataba de un homenaje a la Mujer.