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A José Luis López Vázquez no le dejarían hoy ser "un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo"
Cecilia García
José Luis López Vázquez hubiera cumplido este viernes 11 de marzo. Era un actor total, aunque el espectador tardó tiempo en descubrirlo. Intervino en más de 200 películas. En sus inicios se decantó, o le encasillaron, en la comedia como "Atraco a las tres" (1962) y "La gran familia" (1962). Años después, se reveló como intérprete dramático gracias a algunos títulos de Carlos Saura y la venerada "Mi querida señorita" (1971), de Jaime de Armiñan.
José Luis López Vázquez pertenecía a una estirpe de actores todo terreno en los que tenía mucho en común con la trayectoria de Alfredo Landa y José Sacristán, que de comediantes pasaron a sólidos actores de drama. Y lo más importante: López Vázquez nunca renegó de sus trabajos. Primero porque le dieron la popularidad y después el prestigio.
Hijo de una modista y de un funcionario público, era un hombre mucho más preparado de lo que se creía. Estudió en el TEU (Teatro Español Universitario) y fue diseñador de vestuario y escenógrafo.
Era un trabajador incansable, que rodaba varias películas al año. Su debut profesional fue en el teatro María Guerrero y en el cine en "María, la jerezana". Muy pronto se hizo con el favor del público con sus comedias como "Novio a la vista" (1953) y "Atraco a las tres" (1962). En ella, pronunció una de las frases más famosas del cine: "Aquí un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo". Le siguieron "El turismo es un gran invento" (1968), "Cómo está el servicio" (1968), "Sor Citroën" (1968)...
En ellas estaba el "toque López Vázquez" y sus tics: esa voz aflautada, un lenguaje corporal sobreactuado, una mirada, en ocasiones, de lujuria contenida, una actitud extrovertida y una verborrea incontinente. Se le podía comparar con un payaso augusto, el más irreverente, al que le salían las cosas no como pensaba.
En esos tiempos era uno de los actores más queridos por los españoles, que se veían reflejados en él y también uno de los que tenían mejor caché.
Se convirtió en uno de los actores fetiche de Luis García Berlanga, Pedro Lazaga, José María Forqué, Mariano Ozones y Carlos Saura. Este último fue uno de los primeros que vio en él sus posibilidades dramáticas con cintas como "Peppermint Frapé" (1967). En ella, es Julián, un hombre de mediana edad que se enamora de la esposa de su mejor amigo. En 1970 rueda con él "El jardín de las delicias", la historia de un varón atormentado. Luego llegarían "La prima Angélica" (1972) y "Mamá cumple 100 años" (1979).
No se puede obviar "La cabina" (1972), en la que López Vázquez se queda atrapado en una cabina de teléfono. Emitida por TVE, y dirigida por Antonio Mercero, los espectadores se quedaron acongojados por la angustia e impotencia que transmitía el intérprete hasta el punto que, durante un tiempo, los transeúntes evitaban en entrar en alguna de ellas. Por primera vez, España recibió el primer premio Emmy al mejor telefilme.
"Mi querida señorita"
Ese mismo año la sonrisa de López desapareció. Igual que su bigote y optó por una actuación contenida y comprometida. El aspirante a macho Alpha se convertía en "Mi querida señorita", dirigida por Jaime de Armiñan con un guión firmado, entre otros, por José Luis Borau. en Adela.
Adela es una mujer triste y apocada que se traslada de una ciudad de provincias a Madrid desde el momento en el que un médico le dice que es un hombre. Es el inicio de su transformación en mujer en las peores condiciones: no tiene dinero ni DNI, ya que en él es una fémina. Se transforma en Juan y tiene sus primeras experiencias sexuales. Pocas veces se ha visto una interpretación tan personal y atrevida. La cinta fue nominada al Oscar a la Mejor Película en Habla no Inglesa.
En 1972 inició un tímido viaje al extranjero para trabajar con George Cukor en "Viajes con mi tía". Un año antes intervino en "Las petroleras" (con dos de las sex symbol del momento: Brigitte Bardot y Claudia Cardinale).
Vuelve a la comedia con películas denominadas alimenticias, aunque López Vázquez ya tenía un patrimonio importante. "¡No firmes más letras, cielo!" (1972), "Lo verde empieza en los Pirineos" (1973), "Un casto varón español" (1973)... Y regresa al drama más árido con "Habla, mudita", dirigida por Manuel Gutiérrez Aragón. En ella, un hombre especializado en los problemas de lenguaje se queda fascinado con una joven pastora muda. En 1974 colabora con Paul Naschy (uno de los pocos directores de terror de España) en "Mi amigo el vagabundo".
Y en 1978 vuelve Luis García Berlanga para reclutarle en "La escopeta Nacional", una sátira sobre la recién nacida democracia y las reticencias de los empresarios y políticos del tardofranquismo. La cinta forma parte de una trilogía: "Patrimonio Nacional" (1981) y "Nacional III" (1982), a cuenta del golpe de estado de Tejero y la llegada de los socialistas al poder. Fernando Fernán-Gómez, rendido a su talento, le recluta para "Fuera de Juego". Su despedida del cine fue en 2007 con "¿Y tu quién eres?" de Antonio Mercero en la que encarna a un enfermo de Alzheimer. Mientras él permanece en el recuerdo de varias generaciones como uno de los cómicos más polivalentes de nuestro país. Entre sus citas más significativas están: "Si el precio de vejez está en la sabiduría, prefiero ser imbécil".
Vida privada
López Vázquez entre matrimonio y matrimonio, y durante ellos, fue un picaflor generoso con sus amantes ocasionales o de una noche. Su primer amor por derecho fue con la francesa Kathy Maguerus, con la que nunca se esposó pese a mantener una relación de 18 años y engendrar dos hijos. Su primer matrimonio fue con la periodista Flor Aguilar entre 1985 y 1992, con la que se casó cuando le entrevistaba para el diario 'Ya'. La convivencia fue minando la relación hasta el punto de que Aguilar acudió al Supremo para que le pagara la pensión a las dos hijas que tuvo en común. No tiene relación con ellas desde que entró en "Gran Hermano VIP". Está arruinada.
Años después se casó con la actriz, fundamentalmente de teatro, Ana María Ventura. Convivieron entre 2006 y 2009. Finalizó de forma abrupta, ya que ella le denunció por adulterio. Carmen de la Maza, ya fallecida, fue su último romance. Nunca vivieron juntos. En una autobiografía declaraba: "Y aquí estamos, sin pretensiones, sin proyectos trascendentes, sin otro futuro que el momento grato de cada día a través del teléfono las más de las veces, de nuestra conformidad y lealtad sobre todo".
El actor tuvo cuatro hijos: José Luis. Virginia, Cayetana y Camino.
La plataforma de streaming de cine español FlixOlé ofrecerá con motivo del centenario de su fallecimiento un ciclo de sus películas.