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Julia Otero, a corazón abierto tras superar el cáncer: "Me da mucha pena morirme"


    Informalia

    La periodista, de 62 años, ha regresado a la radio tras 11 meses apartada de las ondas y tratándose un cáncer de colon. De ello ha hablado largo y tendido este miércoles. Julia Otero ha acudido a El Hormiguero y ha recordado los momentos más difíciles que ha atravesado por su enfermedad: "He temblado de miedo".

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    "Yo vengo de un sitio muy horrendo y muy negro, han sido once meses de caña, pero yo no soy abanderada de nada, soy una enferma más de cáncer. Yo no soy diferente a todos los enfermos. Mi intención es ayudar a los que no tienen voz", ha dicho nada más comenzar le entrevista. La locutora, que también superó el Covid las pasadas navidades ("tenía la tercera dosis de la vacuna y he sido asintomática"), ha explicado cómo recibió el diagnóstico: "Yo voy a una revisión rutinaria, te despiertas de la anestesia después de hacer una colonoscopia y ves caras muy raras". Fue un momento muy duro: "Se te pasa la vida por delante, pero no el pasado sino el futuro, todo lo que habías soñado hacer y tal vez no puedas".

    La periodista ha contado cómo fueron aquellos primeros días: "Tuve poco tiempo para reaccionar, estaba en shock y tenía que contárselo a todos. No es fácil comunicarlo, hablar de cáncer en los medios o entrevistar a un oncólogo está muy bien, pero cuando el verbo es en primera persona, cambia". Y ha añadido: "Más que miedo a morirte tienes pena, de no conocer a tus nietos, de no estrenar tu casa de campo... Pero si hay algo que aprendes es que la vida es provisional. El cáncer es un spoiler, todos nos vamos a morir, pero vivimos a espaldas a esa realidad y a veces no está mal saber cómo acaba la película".

    "No soy fuerte, es que no hay otra opción"

    Julia ha mantenido durante todo su relato una sonrisa en el rostro: "La quimio no es que te canse, es que te quita la vida, te sientes desvivido. En ese momento te dicen si te vas o te quedas y te da igual". Y ha contado que su hija, cirujana cardiovascular, le regañaba: "Le decía 'ya voy a por el veneno' y decía 'Mamá, no digas eso, es tu medicina". Otero ha confesado que no vive con miedo, pero sí con incertidumbre: "Ahora hay un margen de cuatro o cinco años en los que puede volver. Esa realidad está ahí, yo vivo con esa incertidumbre, pero he aprendido a buscar las cosas bonitas de la vida".

    "He pensado mucho en la muerte. Y he llegado a organizarlo todo", ha admitido. "Incluso me plantee cambiar el testamento. Pienso que igual dentro de cinco años no estoy. La vida es eso. Estás o puede que no estés… Pero la muerte no tiene que asustar". Y ha confesado: "Tengo miedo al dolor. Tengo miedo a sufrir. Pero más que miedo a morirme, me da pena morirme".

    Además, ha aprovechado para reivindicar un lenguaje más amable para los enfermos: "No eres fuerte, es que no hay otra opción. No eres más valiente ni vas a una guerra, ¿cómo vas a ir si te dejan echa unos zorros? El lenguaje que utilizamos no está bien, cuidado con los términos bélicos, eso culpabiliza. Cuando uno muere de un infarto nadie dice que ha perdido la batalla contra el infarto, ¿por qué nosotros ganamos o perdemos batallas?".