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La infanta Cristina, la duquesa sin título que lo perdió todo por el amor a su marido


    Ana Gómez Viñas

    La hermana del Rey vive sus momentos más bajos, tras las fotografías de Iñaki Urdangarin paseando de la mano con su nueva amiga, su compañera de trabajo Aihnoa Armentia. Esta es la historia de una amor que comenzó hace 24 años. La lealtad de Cristina ha sido inquebrantable.

    A lo largo de sus 24 años de matrimonio, la infanta Cristina de Borbón y su marido, Iñaki Urdangarin, han vivido el amor, los hijos, el poder del dinero (Pedralbes); la expatriación a Washington, el exilio a Suiza, el caso Nóos, la prisión en Brieva... Cristina, como un pilar de su familia y por amor a su marido, ha podido con todo. Se ha hecho fuerte a todo, incluso a perder su título y ser invisible en Casa Real. Ahora las imágenes de Bidart de su marido con su nueva amiga pesan como una losa.

    El amor de Cristina e Iñaki surgió en 1996, en los Juegos Olímpicos de Atlanta (EE UU). Cristina tenía 31 años e Iñaki, 28. El compromiso oficial se hizo público el 30 de abril de 1997. Carmen Camí, hasta entonces la novia de Iñaki, supo con este anuncio que habían roto.

    El 4 de octubre, Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin se casan en Barcelona. Estaban muy enamorados. Cristina lució un impresionante Lorenzo Caprile de seda valenciana en color marfil. Los recién casados proyectaban la imagen de felicidad plena.

    El matrimonio tiene cuatro hijos, Juan, muy responsable; Pablo, que se ha ganado el cariño y la admiración de la audiencia por sus discretas palabras, medidas y sensatas, tras las fotos de su padre con su nueva amiga: "Son cosas que pasan, lo hablaremos entre nosotros"; Miguel e Irene.

    La adquisición del palacete de Pedralbes de Barcelona (foto inferior) por 6 millones, una mansión firmada por el arquitecto José María Vilallonga del año 1951, dispara todas las alarmas. ¿Cuál es el origen de esos 6 millones de euros? 

    La Casa Real toma una decisión preventiva y planea un cambio de aires para los duques, que acaban instalándose en Washington. En 2009 Cristina y su marido viven en el exclusivo Chevy Chase.

    Nóos explota en 2011. Ese año los entonces Príncipes de Asturias se distancian de los duques de Palma. Don Felipe, con el que Cristina tenía una relación estupenda, le impone un cordón sanitario para que el escándalo mediático del caso Nóos no salpique a la institución.

    En 2013 la familia Urdangarin-Borbón se muda a Ginebra, al barrio de Florissant. Suiza está más cerca de España. Por entonces, la infanta aún conservaba su título de duquesa de Palma, aunque por poco tiempo. Años después, en 2015, Felipe VI le revoca el título, que había sido un regalo de boda de su padre.

    El 18 de junio de 2018, el ex duque de Palma ingresa en el centro penitenciario de Brieva, en Ávila. Tras un largo proceso judicial, el Tribunal Supremo le ha condenado a 5 años y 10 meses a por el caso Nóos: prevaricación, malversación, fraude, tráfico de influencias y dos delitos fiscales. La Infanta es entonces declarada no culpable y queda absuelta.

    Sus primeros meses entre rejas son duros, sobre todo por la soledad. Recibe visitas de su familia, un revulsivo para el ex duque y para sobrellevar su día a día. Durante aquellos meses, la infanta Cristina se convierte en su máximo apoyo. En todo su refugio. Ella siempre está allí, a su lado. Hablan a diario por teléfono.

    La infanta, sin título y exiliada en Suiza no tiene protagonismo ni visibilidad en Casa Real. Desde hace años que no asiste a actos públicos. Está como 'inhabilitada'. En noviembre de 2018 llama la atención la imagen de Cristina, en el posado familiar por el 80º cumpleaños de la Reina Sofía (foto inferior). Es la primera que comparte un posado junto a su hermano, desde que este subió al trono en 2015.

    Casa del Rey

    A lo largo de este proceso en prisión, como su salida posterior en 2021 en régimen de semilibertad, Iñaki ha estado respaldado por su mujer. Cristina ha sido su soporte incondicional. También ha sido el pilar de su familia, en ausencia de su marido, en prisión. Ha hecho piña con sus cuatros hijos y les ha protegido en este camino tan duro que ha atravesado el matrimonio. Ahora Iñaki pasea de la mano con otra mujer.