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Sinéad O'Connor, hospitalizada tras la muerte de su hijo de 17 años y sus preocupantes mensajes
Informalia
Sinéad O'Connor vive uno de los peores momentos de su vida después de que el 8 de enero encontraran muerto a su hijo de 17 años, Shane, tras permanecer desaparecido desde el pasado jueves 6. Casi una semana después de la tragedia, la propia cantante ha desvelado que ha ingresado en un hospital.
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La irlandesa ha ingresado después de enviar este jueves unos preocupantes mensajes a través de Twitter: "He decidido seguir a mi hijo. No tiene sentido vivir sin él. Todo lo que toco, lo arruino. Solo me quedé por él. Y ahora se ha ido. He destruido a mi familia. Mis hijos no quieren conocerme. Soy una mierda de persona. Y todos ustedes solo piensan que soy buena porque puedo cantar. No lo soy".
También escribió, entre otros tuits: "Yo estaba jodida desde el día que nací. No es culpa de mis padres ni de mi familia o de mis hijos. Es mía. Dios me hizo mal. Así que estoy de regreso y encontrándome con él. La única persona en esta tierra que alguna vez me amó de verdad".
Poco tiempo después, volvió a compartir un mensaje en su red social, desvelando que iba de camino al hospital, donde permanecerá un tiempo para centrarse en su recuperación: "Lo lamento. No debería haber dicho eso. Estoy con policías ahora camino al hospital. Lamento haber molestado a todos. Estoy perdida sin mi hijo y me odio a mí misma. El hospital ayudará un tiempo. Pero voy a encontrar a Shane, esto es solo un retraso".
Como su madre, Shane padecía algunos problemas de salud mental. El joven se encontraba bajo vigilancia por riesgo de suicidio en un centro médico y no era la primera vez que se escapaba. Fue en 2019 cuando la cantante anunció por primera vez que su mismo hijo había desaparecido, y por aquel entonces tenía solo 14 años.
El joven Shane Lunny era fruto de la relación que O'Connor mantuvo con el cantante folk Dónal Lunny. Además, la artista tiene otros tres hijos: Roisin Waters, Jake Reynolds y Yeshua Bonadio.
Tras varios días de búsqueda, finalmente anunció su muerte el pasado 8 de enero: "Mi hermoso hijo, Nevi'im Nesta Ali Shane O'Connor, la luz misma de mi vida, decidió terminar su lucha terrenal hoy y ahora está con Dios", escribió en Twitter.
O'Connor ha llevado una vida atormentada desde su niñez. Su padre - un abogado - y su madre se divorciaron cuando tenía ocho años, algo especialmente traumático en la muy católica Irlanda de entonces. Sinéad quedó a cargo de su progenitora, que la sometió a maltrato físico. Cuando volvió con su padre fue sorprendida robando en una tienda y la internaron 18 meses en una institución para mujeres descarriadas, donde según ella sufrió todo tipo de vejaciones. La cantautora ha intentado quitarse la vida en varias ocasiones.
Tras escapar a Dublín cantó con su guitarra en calles y pubs, hasta que la descubrieron los dueños de una pequeña discográfica inglesa. O'Connor ya había dado aviso de su talante polémico cuando en 1989 apoyó la violencia del IRA, aunque luego se retractó. En 1990 se negó a permanecer en un escenario de Nueva Jersey cuando sonaba el himno estadounidense. Al año siguiente boicoteó la entrega de los Grammy y no quiso recoger su premio alegando que los galardones eran demasiado comerciales.
En 1992 levantó una enorme polvareda al romper una foto del Papa Juan Pablo II en un programa de máxima audiencia en EE.UU. Tres años después se ordenó sacerdotisa por una secta escindida del catolicismo, la Iglesia Latina Tridentina, que llegó a ascenderla a archidiácono por su distinguida labor con los sin hogar dublineses.