Rocío Carrasco enciende la mecha de su segundo pelotazo en Telecinco, disfrazado de homenaje a su madre

A sus 44 años, y madre de dos jóvenes con los que apenas tiene relación, la hija de Rocío Jurado regresaba este martes al plató de la cadena que le paga con la excusa de hacerle un homenaje a su madre y, de paso, subirle la audiencia a Paolo Vasile.

Rocío Carrasco apareció como siempre en el tono pero cambio la estética. Ella está siempre blanqueda con ese halo de victimismo que la cámara amiga de Mediaset España le otorga, y esa pose como si ella no hiciera estas cosas por dinero sino por evocar la figura de la madre que la parió. Rociito decoró su nuevo pelotazo televisivo con un look diferente al de su serie documental. Por primera vez en mucho tiempo no llevaba su característico pelo rasurado en uno de los lados.

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Telecinco emitía un nuevo invento llamado El Último Viaje de Rocío, un especial de cuatro horas conducido por Jorge Javier Vázquez en el que se ha retransmitido el traslado de cuatro tráileres con varias toneladas de las pertenencias de Rocío Jurado que han estado almacenadas durante los últimos 13 años, hasta los estudios de Boadilla del Monte (Madrid), donde se grabará la segunda parte del docudrama de Rocío Carrasco, una de las grandes apuestas de Paolo Vasile para tratar de recuperar la audiencia perdida y el liderazgo que ha pasado a manos de Atresmedia.

El equipo de esos popes del periodismo riguroso y el respeto a las personas y las buenas causas que conforman la troupe de Sálvame se trasladó al plató más grande de las instalaciones de Mediaset, donde habitualmente se hacen los realities, galas y otras frikadas de la cadena que Silvio Berlusconi tiene en España desde hace 30 años.

El último viaje de Rocío ha sido el pistoletazo de salida, el encendido de la mecha, de una supuesta bomba que en verdad es solo la efeméride prefabricada por unos especialistas agrupados en torno a La Fábrica de la Tele. El show, disfrazado de emotivo especial, es un vehículo de exhibición de Rocío Carrasco en el que utiliza la memoria de su madre y el presunto homenaje que quiere hacerle y de paso llenar sus bolsillos, arropada por invitados entregados a la causa y artistas con actuaciones musicales. Uno de los números del circo consistió en que Rocío abriera en directo un camión con reliquias de su madre como si fuera Moisés separando las aguas del Mar Rojo.

El guión de este esperpento incluía que la hija de Pedro Carrasco compartiera anécdotas de su madre y abriera en concreto el último camión, el 18, porque ése era un número muy significado, dado que ese día era el cumpleaños de la artista (18 de septiembre de 1940). A la hija de Rocío Jurado, que cada vez es mejor actriz, le escribieron en la escaleta que tenía que emocionarse, porque eso vende y engancha. Y cumplió, aprovechando el momento en que sacó las reliquias de su querida madre, fallecida hace más de 15 años. Hablamos de los primeros trajes que llevaba en sus actuaciones, la capa que lució con su himno Como las alas al viento y por supuesto una bata de cola impresionante, cosa que en este país y tratándose de una tonadillera, que se casó con un boxeador y un torero, es lo más.

Jorge Javier Vázquez fue componiendo su parte del guión y en un momento dado preguntó lo que la audiencia quería saber: o sea, qué va a hacer con toda esa herencia desconocida de su madre Rocío Carrasco. Ella, siempre tan solemne, enigmática e interesante, y disfrazada con esa profundidad tan habitual en ella que se la está empezando a creer, hizo su ataque, porque sin bronca familiar no hay paraíso: asegurando que no piensa repartirla con otros miembros de la saga (la mitad de la cual trabajó o trabaja para Mediaset) pero dejando en el aire la imprescindible cadencia del suspense televisivo. Primero dice no, pero luego dice 'ya veremos' , y así deja la puerta abierta a una posible reconciliación con su hermana Gloria Camila. Ya tenemos cebo y rival de las telenovelas turcas de Antena 3 o lo que se tercie.