Alejandra Rubio, preocupada por su abuela, la visita en mitad de la guerra familiar
Esther Torres
A la espera de que la mudanza en el que será su nuevo hogar finalice, María Teresa Campos se ha instalado en la casa de su hija Terelu y hasta allí se ha trasladado este viernes su nieta, Alejandra Rubio, para comer con ella. La tertuliana de Viva la vida, acompañada por su nuevo novio, mostraba un semblante serio. Y es que sabe que la guerra que mantiene contra su tía, Carmen Borrego, está pasando factura a su abuela, de 80 años.
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La veterana periodista afirma que está al margen del conflicto entre sus hijas y su nieta mientras que ellas mismas tratan de evitar que sus diferencias salpiquen a la matriarca, pero lo cierto es que, de una manera u otra, la información llega a oídos de María Teresa Campos, que se encuentra entre la pena y la vergüenza por ver cómo su familia se desintegra ante toda España.
Alejandra es una de las piezas clave del conflicto y tanto su madre como su abuela le han pedido mesura en sus palabras contra su tía Carmen, de la que dice entre bastidores que es "más fea que el cochero de Drácula". Pero la joven no para. Desde su silla en Viva la vida, afirma que Borrego está siendo una mala hermana, que está haciendo sufrir a Terelu y que ella no piensa callar lo que sí callan las demás.
Quizás la visita de este viernes logre calmar el ardiente temperamento de la joven que, además, acaba de dar un nuevo giro profesional: tras dejar Derecho y Diseño de Moda, ha empezado a estudiar Interpretación. Alejandra está emocionada, le hace ilusión convertirse en una gran actriz y puede que estas nuevas aspiraciones, junto a los ruegos y peticiones de su abuela y su madre, logren convencerla de lo que María Teresa Campos lleva semanas diciendo: las cosas de casa, se arreglan casa.