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La discreta vida amorosa de José Sacristán, Goya de Honor 2022: de Mila Ximénez a las madres de sus hijos


    Vicky Ballesteros

    A sus 84 años, José Sacristán recibirá el reconocimiento de la Academia de Cine en la próxima edición de los Premios Goya, que se celebrarán el 12 de febrero en el Palau de Les Arts en Valencia. Coge el testigo de Ángela Molina, que el año pasado fue galardonada con el Goya de Honor en Málaga.

    La Academia de Cine lo ha anunciado este lunes mediante un comunicado, en el que reconoce su impecable trayectoria en el universo cinematográfico: "Por ser un modelo de entrega, pasión, ética y profesionalidad para todos los cineastas jóvenes. Por ser el rostro y la voz del cine español de las últimas seis décadas. Por saber representarnos de forma única en tantos títulos inolvidables que forman parte de nuestra memoria íntima. Y por haber sabido adelantar desde el reflejo que nos ha devuelto en la pantalla algunos de los grandes cambios que hemos vivido en nuestro cine y en nuestra sociedad".

    Tras el reconocimiento, el ganador del Goya a Mejor actor por El muerto y ser feliz (2012) se ha mostrado agradecido: "Mi carrera ha sido el gozo del crío que ha visto cumplido su propósito, el de hacer creer a la gente que era el estudiante, el pregonero, el recluta, el emigrante, el abogado, el médico... y que la gente se lo creyera. Y la suerte de que, en todo este recorrido, mis mejores amigos y la gente más querida para mí, al margen de mi familia, está en la profesión. ¡Qué más puedo pedir!", ha confesado, "muy emocionado". 

    Pepe Sacristán, actualmente de gira con la obra Señora de rojo sobre fondo gris, nació en el municipio madrileño de Chinchón en 1937. Debutó en el cine de la mano de Fernando Palacios en La familia y uno más en 1965. Tras más de un centenar de películas a sus espaldas, un total de 125, tiene pendiente de estreno la cinta Cuidado con lo deseas de Fernando Colomo, en la que comparte reparto con Dani Rovira y Cecilia Suárez.

    A lo largo de su trayectoria ha sido reconocido con diferentes distinciones de honor como el Premio Nacional de Cinematografía, el Premio Feroz de Honor, la Medalla de Honor del Círculo de Escritores Cinematográficos y la Medalla al Mérito de las Bellas Artes, entre otras.

    A su trabajo también se suma la lucha política. Nacido en plena guerra civil, nunca ha escondido sus ideales y está considerado como uno de los veteranos actores abanderados de la izquierda: "Siempre he estado en la izquierda, pero los nuevos grupos políticos no están dando la talla", confesó en marzo de este año en La Sexta. 

    Su pasión por el cine despertó pronto, concretamente cuando uno de sus primos mayores, durante su niñez, le llevó al cine a ver una película. Decidió dedicarse al mundo de la interpretación mientras hacía la mili en Melilla, tras pasar su adolescencia trabajando como mecánico.

    Tras luchar por ello le llegaron pequeños papeles en cine y teatro. Papeles que le abrían las puertas de su mundo soñado, pero que no le bastaban para mantener a la familia que entonces había formado con uno de sus primeros y grandes amores, Isabel Medel, con quien tuvo a José Antonio, que nació en 1961, y a Isabel, que llegó al mundo un año después.

    Para sacar a flote a su familia, también se dedicó a vender libros en el Círculo de Lectores. Al poco tiempo, la suerte le cambió y gracias a su empeño y las oportunidades de directores como Fernando Palacios, Pedro Lazaga, Javier Aguirre o Rafael Gil, se convirtió en uno de los actores más aclamados del momento junto a otros mitos como Alfredo Landa y José Luis López Vázquez. 

    Muy discreto con su vida privada, se casó por primera vez con la actriz francesa Liliane Meric, de quien se enamoró tras rodar juntos la película Lo verde empieza en los Pirineos y con quien tuvo a su tercera y última hija, Arnelle, en 1978. Desde 2008 está casado con la actriz Amparo Pascual, con quien, a día de hoy, sigue compartiendo su vida sentimental.

    Especialmente sonado fue su romance con Mila Ximénez a finales de la década de los 80, cuando la desaparecida periodista ya había roto su tormentosa relación con el padre de su hija Alba, Manolo Santana. Los periodistas de la época dieron fe de los encuentros que el actor y la sevillana mantuvieron en Marbella y en Madrid. La relación, sin embargo, apenas duró unos meses, de los que Ximénez guardaba un buen recuerdo.

    "Fue un gran amigo, seguramente un buen amante, y, sobre todo, un hombre que me devolvió la capacidad de admirar. Lo quise, me interesó y me fascinó. Tenía un sentido del humor difícil de encontrar, ya que admiraba la ironía con el chiste como solo puede hacerlo alguien desde la inteligencia (...) Me atrapaba su mirada y cómo fruncía el ceño cuando le hacía sentir incómodo", escribió la tertuliana, fallecida este verano tras luchar contra el cáncer de pulmón, en unos escritos que rescató el programa Socialité tras su triste pérdida. "No hablo del tema", se limitó a decir el actor hace unos meses cuando le preguntaron por ella antes de entrar al teatro.