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Miguel Bosé no quiere hablar del Covid pero pide a los periodistas que se quiten la mascarilla en la presentación de su libro


    Esther Torres

    El artista ha sido una de las voces más críticas contra la OMS y ha negado públicamente y en multitud de ocasiones la existencia del Covid. Año y medio después de la aparición del virus, Miguel Bosé sigue empeñado en la teoría de la mentira y ha puesto en un brete a los periodistas que este miércoles cubrían la presentación de su libro, El hijo del Capitán Trueno. "¿Podéis quitaros las mascarillas?", ha pedido.

    Bosé, que no llevaba el cubrebocas obligatorio para los espacios cerrados, llevaba unos minutos respondiendo las preguntas de los profesionales cuando les ha preguntado si podían quitarse las mascarillas, algo que va contra la normativa sanitaria y que ha puesto en un compromiso a todos aquellos que la respetan y que velan por su seguridad y la de los demás.

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    El negacionismo de Miguel Bosé se hizo viral y fue muy criticado por autoridades sanitarias, políticos y rostros muy conocidos, como Mercedes Milá. "Estoy muy bien informado, el que no está bien informado es tu cuñado, que está compinchado con Bill Gates. No es posición frente a la verdad, es la verdad, soy negacionista, es una postura que llevo con al cabeza bien alta. Van a caer todos, políticos, farmacéuticos, médicos... Son una sarta de cretinos, asesinos, criminales. Yo no me vacuno", le dijo a Jordi Évole.

    El entorno de los Bosé asegura a Informalia que Miguel está mucho más tranquilo respecto al tema de la pandemia y prefiere evitar otra oleada de críticas, que perjudicarían la venta del libro, por lo que se ha negado a responder cuestiones acerca del Covid-19.

    Polémicas memorias

    El cantante ha presentado este miércoles su libro de memorias El hijo del Capitán Trueno, donde rememora su infancia y su terrible relación con su padre, Luis Miguel Dominguín. Cuenta que el torero consideraba que la lectura y los conocimientos eran el camino para convertirse en "maricón" y lo que debía aprender el niño era a "ser hombre", enfrentándose a animales peligrosos y aventuras en la selva, donde lo llevó en varias ocasiones para participar en cacerías. En una ocasión en Mozambique, Luis Miguel quiso que su hijo aprendiera "hombría" y le exigió que tuviera relaciones con una nativa de 16 años. Miguel tenía 10. Ante la negativa y el desconocimiento del pequeño de lo que se le pedía, quien acabó pasando la noche con la adolescente mozambiqueña fue el torero.