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María Teresa Campos se emociona al decirle adiós a su mansión: "En esta casa está el esfuerzo de toda mi vida"


    Luisa Acevedo

    María Teresa Campos ya está sacando todas sus pertenencias de la mansión de Molino de la Hoz para llevarlas hasta su nuevo ático de alquiler en Aravaca, donde está preocupada por dónde meter todos los zapatos y vestidos que acumula. Cuenta con la ayuda de una empresa de mudanzas y también con la de Carmen Borrego y su hombre de confianza, Gustavo, que no se separan de su lado.  

    La veterana comunicadora se ha emocionado al despedirse de su casa de toda la vida. Recientemente la logró vender por 2 millones y medio de euros tras varios años en venta. "En esta casa está el esfuerzo de toda mi vida. Yo como no he servido para los negocios ni me han gustado lo invertí en esta casa", ha confesado emocionada a los micrófonos de Europapress.

    A partir de ahora, vivirá en un ático de Aravaca, que se encuentra a tan solo 300 metros de la casa de su hija mayor: "Me voy a un piso normal que es lo lógico para este momento de mi vida. Me voy a un piso que está muy cerca de Terelu", ha asegurado. Por esta nueva vivienda desembolsará 2.400 euros al mes.

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    Pese a la pena que siente por despedirse de su hogar, agradece encontrarse en un estado de salud envidiable a sus 80 años: "Yo estoy bien, no me puedo quejar viendo todas las cosas que se ven. Estoy bien, tengo salud, tengo mis achaques lógicos. Sabes que tengo yo artrosis en el cuello, pero por lo demás con las cosas que hay no me puedo quejar". 

    Por último y cambiando de tercio, le ha dejado un recado a las cadenas de televisión para que vuelvan a confiar en ella: "Pues como yo soy una persona que he hecho televisión y radio toda la vida pues que a lo mejor se les ha olvidado… que lo recuerden".

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    Su hija menor, Carmen Borrego, también ha hablado de la nueva etapa que afronta su madre: "Una mudanza es un horror y en este caso son dos mudanzas porque son dos casas (...) Nos quedan muchas horas por delante aquí y sobre todo nos quedan muchas horas por delante para montar la casa a mi madre (...) Estaremos todos echándole una mano, y yo cuanto antes lo podamos hacer mejor para que ella esté tranquila", ha señalado. 

    Para la colaboradora de Sálvame también es muy duro decirle adiós a esta casa: "Para nosotros ha sido la casa familiar porque he vivido aquí con mis hijos de pequeños (...) La vida es avanzar y tampoco vamos a llorar por una casa. Es decir, estábamos deseando venderla y ya está vendida. Ahora no nos vamos a poner a llorar, pero el recuerdo siempre va a quedar", ha sentenciado.